sábado, 27 de julio de 2013

GEOLOGÍA, CAMBIO CLIMÁTICO Y LA MANO DEL HOMBRE. NAVARRA 2013: UN LABORATORIO DESAPROVECHADO




DESPRENDIMIENTOS EN LOS TÚNELES DE BELATE (NAVARRA)

Desprendimientos, deslizamientos, aludes..., también cierta actividad volcánica y sísmica son ampliamente consideradas ya como efectos indirectos del cambio climático. 

Pero lo que no se había tenido demasiado en cuenta hasta ahora (tan sólo por algunos autores aislados) es que el incremento de erupciones y sismicidad, no sólo son uno de los resultados del calentamiento global, son también parte de su impulso. 




1. INTRODUCCIÓN

Puede que hablar sólo del aumento de la temperatura no importe tanto ya, pero se necesitó un parámetro para que todos nos entendiéramos y pudiésemos ser sensibles a lo que se nos venía encima. Lo que verdaderamente importa es lo que le está pasando al clima, y ya lo estamos viendo: vivimos eventos extremos que hasta hace bien poco (y hablamos de un par de años) la comunidad científica aún dudaba si pudiera ser una consecuencia del denominado “cambio climático”, o no…; ahora lo que nos deja estupefactos es la intensidad y la frecuencia de los eventos extremos, lo que han aumentado. Y eso sí está muy claro: catástrofes y concatenaciones de respuestas climáticas que se daban cada cien años ahora están ocurriendo cada cinco o diez.

La civilización y por lo tanto la sociedad de cada país, necesita invertir en investigación, necesita de científicos cualificados y avezados para dotarnos de armas eficientes capaces de resistir los embates de la Naturaleza sobre la ciudad (vista ésta ya como la unidad estructural planetaria de la sociedad del siglo XXI) y viceversa, adelantando propuestas urbanísticas efectivas para que ambas no lleguen a destruirse mutuamente; adelantándose también a los acontecimientos desde la idea de que determinados elementos del medio humano, pueden ofrecer resistencia a los efectos negativos de una catástrofe si comenzamos ya a desarrollar las mejores herramientas para conseguirlo: la ciencia, la cultura y el urbanismo del siglo XXI.

Los efectos del calor latente del agua de deshielo al aumentar la temperatura de las comarcas afectadas, supone también un aumento de la temperatura del aire; según varios estudios como los de Huggel en 2009, o los de Hoelzle et al, en 2010, el efecto transmisor por la atmósfera es mucho mayor de lo que creíamos. A nuevas temperaturas (más altas), más hielo se funde aún, y la fuerza o peso del hielo que queda es menor como un resultado que finalmente afecta a la corteza, el tamaño y la frecuencia de las avalanchas de barro, piedras, rebotes isostáticos, etc., pueden aumentar (Huggel et al, 2004, Caplan-Auerbach y Huggel, 2007). Los cambios extremos, pueden asimismo exportar las grandes avalanchas de rocas y de hielo en las zonas de montaña a zonas más bajas.

Los cada vez más altos niveles de sismicidad en la Antártida, Groenlandia, Alpes, Pirineos..., son consecuencia de la pérdida de carga de la capa de hielo; el rebote isostático asociado con el deshielo acelerado de estas regiones puede dar lugar a un aumento en la actividad sísmica de zonas de la Tierra propensas a esos cambios, tanto cercanas como más alejadas, y sucederá en escalas de tiempo tan cortas como de 10 a 100 años según apuntan Turpeinen et al, 2008 o Hampel et al, 2010.

EL AUMENTO DE LA TEMPERATURA POR DÉCADAS



2. EL PAPEL FUNDAMENTAL DE LOS VOLCANES, LOCAL Y GLOBALMENTE

La pérdida de masa de hielo futuro en los volcanes y glaciares, sobre todo en Islandia, Alaska, Kamchatka, la Cordillera de las Cascadas en el noroeste de los Estados Unidos, y en los Andes, podría dar lugar a erupciones violentas, ya sea como consecuencia de las presiones de carga reducida en las cámaras magmáticas o mediante una mayor interacción magma-agua.

Por ejemplo, la carga de hielo reducida derivada del futuro adelgazamiento del Vatnajökull en Islandia, se prevé que resultará en una expulsión adicional de 1,4 kilómetros cúbicos de magma. Así su producción también se incrementaría de manera proporcional en el manto subyacente (Pagli y Sigmundsson, 2008). La descarga de hielo también puede promover el movimiento más ágil de magma superficial acumulado, como consecuencia de ello, se produce una perturbación en el ciclo volcánico natural (Sigmundsson et al., 2010). El reflejo de tal fenómeno en el cambio climático global es notable.

Inicialmente, un adelgazamiento de hielo de 100 m o más en la parte alta de los volcanes con los glaciares actuales que ya van perdiendo sus medias de más de 150 m de espesor, como el Sollipulli en Chile, pueden causar erupciones explosivas, con ello aumenta el riesgo de expulsión de piroclastos (Tuffen, 2010).

Además, el potencial de colapso lateral de los  edificios volcánicos podría ser impulsado por la pérdida de apoyo previamente proporcionada por el mismo hielo (Tuffen, 2010) o elevación de las presiones de poros de agua derivado de agua de deshielo (Capra, 2006;. Deeming et al, 2010). La incidencia de deslizamientos de tierra también pueden aumentar debido a la mayor disponibilidad de agua, lo que podría desestabilizar las pendientes. Muchos volcanes proporcionan una fuente de escombros no consolidada que puede ser transformada rápidamente en lahares potencialmente peligrosos por precipitaciones extremas (Carol Finn 2013).

EL ETNA Y SUS ERUPCIONES POR PÉRDIDA DE HIELO HAN CAMBIADO EN LAS ÚLTIMAS DÉCADAS

Volcanes en localidades próximas a la costa, o de zonas insulares en el trópico, son ya particularmente susceptibles a las lluvias torrenciales asociadas con ciclones, y la tasa de precipitación asociada a los ciclones tropicales se prevé que aumente, aunque se prevé también que el número de ciclones tropicales disminuya o permaneczca esencialmente sin cambios. El impacto de las futuras grandes erupciones volcánicas explosivas también puede ser elevado.

Los cambios en los extremos climáticos y sus impactos sobre el Medio Ambiente y Medio Físico se deben fundamentalmente a los eventos extremos de precipitación que proporcionan un medio eficaz de transferencia de grandes volúmenes de cenizas y escombros no consolidados con flujo piroclástico en los flancos de los volcanes hacia las zonas bajas y gran expulsión de polvo y ceniza a la atmósfera.

La cuantificación de las posibles tendencias en la frecuencia de deslizamientos y las avalanchas de hielo en las montañas es difícil debido a la incompleta documentación de los acontecimientos pasados​​. Existe una gran convicción en el ámbito científico de que los cambios en las olas de calor, retroceso de los glaciares, y/o permafrost, supondrá una degradación inevitable que afectará a los fenómenos de alta montaña como la pendiente y la inestabilidad, los movimientos de masas, y las inundaciones repentinas de los lagos glaciares. También se es consciente de que los cambios en las precipitaciones intensas afectarán por doquier a deslizamientos de tierra en muchas regiones y a fenómenos hidrosísmicos en zonas propensas y sensibles, aunque hasta ahora su consideración fuese de actividad baja o nula.




3. EL PAPEL DE LOS TERREMOTOS EN EL CAMBIO CLIMÁTICO


Una reciente investigación (Fischer et al., 2013) apunta a que los terremotos también contribuyen al calentamiento del planeta a través de la liberación de gases de efecto invernadero, en especial metano, (veinte veces más potente que el CO2 ) del subsuelo de los océanos. Los autores, de la universidad alemana de Bremen, han comprobado entre otros ejemplos que un gran terremoto ocurrido en 1945 en el mar de Arabia, liberó más de siete millones de metros cúbicos de metano.

El permafrost ártico guarda asimismo una buena cantidad de metano, la pérdida directa del mismo supondrá en breve la expulsión a la atmósfera de unas 50 gigatoneladas de este gas de efecto invernadero. Un reciente estudio de Gail Witheman et al., 2013, así nos lo muestra, apunta que el proceso ya irreversible se desarrollará en las próximas décadas.

Este descubrimiento, tanto la pérdida directa de metano atrapado en el permafrost, como especialmente el liberado en los grandes terremotos, revela una fuente natural de emisión de gases de efecto invernadero que hasta ahora no se había considerado. Según el estudio alemán, hay enormes cantidades de metano almacenadas en estructuras heladas llamadas "hidratos" en el subsuelo de las plataformas continentales que rodean a los continentes emergidos. Han calculado que los hidratos de metano contienen entre 1.000 y 5.000 gigatoneladas de carbono, más que la cantidad total que se emite cada año por la combustión de fósiles.

Los análisis realizados en 2007 de los sedimentos de la parte norte del mar arábigo revelaron indicios químicos de emisiones de metano a gran escala. El trabajo científico ha sido compaginado con el histórico, así, de los archivos históricos, se ha podido confirmar que en 1945 en esa zona un terremoto de una magnitud de 8,1 puntos tuvo ese papel de liberación de metano.

Dice el director de la investigación, Fischer: "De acuerdo con varios indicadores, sostenemos que el terremoto llevó a la fractura de los sedimentos, lo que permitió la liberación del gas que estaba atrapado debajo".  "Probablemente hay más zonas en el área que fueron afectadas por el terremoto", lo que podría permitir profundizar en la investigación y comenzar a sumar la actividad sísmica como un indicador de cambio climático a la vez que lo propicia.


EL INCREMENTO DE LA ACTIVIDAD SÍSMICA DE LA TIERRA INFLUYE EN EL CLIMA, Y VICEVERSA

ENTREVISTA EN DIARIO DE NOTICIAS. CLICK EN LA IMAGEN PARA AMPLIAR



4. GEOLOGÍA Y CAMBIO CLIMÁTICO EN NAVARRA

Creemos, como hemos visto en Navarra, que los desechos de alta montaña y los flujos, comenzarán habitualmente a principios de año debido a la fusión de las nieve un tiempo antes de lo hasta ahora visto, y que la continua degradación del permafrost de las zonas de alta montaña y la retirada glaciar reducirá aún más la estabilidad de las pendientes rocosas de las zonas pirenaicas.

Lo que aún no se puede predecir es cuándo y dónde comenzarán a darse estos fenómenos, pero el conocimiento de la geomorfología de las zonas y la planificación inteligente, supondría un freno a su impacto adelantándonos de manera práctica, ya que los desprendimientos generalizados dependen de las condiciones geológicas locales además de otros factores no climáticos. Estos aspectos no se consideran importantes a la hora de abarcar una investigación, ésta, aún ni se ha contemplado.


DESPRENDIMIENTO EN LOS TÚNELES DE BELATE


Tampoco hay un claro conocimiento del indiscutible efecto antropogénico sobre dichos fenómenos, debido a que éstos son fuertemente influenciados por las actividades humanas dentro de un gran rango de causas y efectos, tal y como hemos visto por ejemplo en Yesa. Algunos, como el mal uso del territorio (Pamplona y las inundaciones de junio de 2013), la deforestación y el pastoreo excesivo, traerán consecuencias negativas a corto plazo.

Está bien establecido que la pérdida de masa de hielo a partir del final de la última glaciación condujo a un aumento de los niveles de actividad sísmica por un cambio climático natural, pero no hay buenos datos ni investigaciones claras aún sobre la naturaleza y las respuestas sísmicas futuras y recientes en relación al cambio climático antropogénico. Ni siquiera el estudio de la sismicidad histórica se percibe como garantía de proyección futura exitosa.

Ciudades como Pamplona por ejemplo, que engloba en su área metropolitana a 350.000 habitantes, ha vivido en lo que va de año tres inundaciones, una de ellas catalogada como “histórica”, una docena de impactos sísmicos que se pueden catalogar como "climatequakes" o sismos climáticos que despuntan de los cerca de 400 temblores iniciados en febrero después de varios meses de lluvias históricas, acompañados de una infinidad de deslizamientos en laderas que aún permanecen en movimiento; avisos no nos faltan: a buen entendedor sobran las palabras.

Nos dijo en febrero John K. Costain con motivo del brote hidrosísmico:

"... El público en general ha aceptado el hecho de que no podemos hacer nada frente a los terremotos asociados con la tectónica de placas. Además, creo que el público aceptará siempre la realidad de que no podemos hacer nada tampoco con respecto al clima. Pero en mi país (EE.UU.) hemos respondido bien, estableciendo normas de construcción sismorresistente en ambientes interplaca.

Sin embargo, no hemos tomado las mismas precauciones en ambientes intraplaca. Tenemos que pensarlo cuanto antes y planificar en consecuencia. Ya no podemos asumir más que no se derivará daño alguno con la reducción y cambios de la capa freática, pensando de esa manera seguir con esas prácticas sin tomar medidas que se incluyan en las normas de construcción.

Espero que con el tiempo los gobiernos reconozcan que el daño antropogénico puede convertirse en una realidad; y peor si seguimos evitando aportar fondos de investigación que deberíamos dedicar a la comprensión de la frágil interfaz en la que vivimos. Gracias por tus traducciones al español, especialmete la palabra "hidrosismicidad"...".


John K. Costain

LOS MOVIMIENTOS EN YESA NO CESAN, DESLIZAMIENTOS, COMO TODOS LOS DE LA PRESA, PROVOCADOS


NAVARRA TV, ENTREVISTA 22 DE JULIO DE 2013

sábado, 20 de julio de 2013

SISMICIDAD INDUCIDA POR EL SER HUMANO

Los procesos del fracking desde la perforación hasta la activación de fallas y generación de terremotos: 1- Perforación e inyección a presión de los fluidos fracturando el macizo rocoso. 2- Extracción de los hidrocarburos a la superficie. 3- Inyección de las aguas residuales a zonas profundas. 4- Activación de fallas profundas y terremotos inducidos.

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Aunque incluso en círculos de expertos pueda parecer aún una cuestión de ciencia ficción, los terremotos artificiales han sido una realidad durante décadas. Especialmente en las últimas. Desde hace tiempo se ha venido considerando y cada vez más entendiendo, que los terremotos pueden ser inducidos por la acumulación de agua en embalses, minería de superficie y subterránea, la extracción masiva de agua, fluidos y gas del subsuelo o cambios en las condiciones climáticas, pero sobre todo por la inyección de fluidos en formaciones subterráneas.



ConocoPhillips (Conoco) Heidrun Water Injection

Ningún terremoto intraplaca ha sido jamás localizado en una falla cartografiada en ningún lugar del planeta. Los hipocentros y epicentros están siempre distribuidos de manera difusa.
JOHN K. COSTAIN


JOHN K. COSTAIN: TAN SÓLO 1/3 DE LOS TERREMOTOS DE EE.UU. SE EXPLICARÍAN SEGÚN LA TECTÓNICA CLÁSICA


1. INTRODUCCIÓN: TERREMOTOS QUE GENERAN TERREMOTOS

Desde hace tiempo se sabe que fuertes terremotos lejanos pueden causar sismos menores a miles de kilómetros del epicentro. Zonas volcánicamente activas como el Parque Nacional Yellowstone han venido siendo referencia de este fenómeno desde hace décadas. A menudo se registra actividad sísmica significativa pasados unos días de un sismo fuerte lejano.

“Las olas sísmicas producidas por terremotos lejanos son como un test de estrés”, explica Heather Savage, coautor de un estudio presentado en julio de 2013 en Science sobre esta manera de transferencia de esfuerzos que afectan especialmente a zonas de inyección de agua por actividades relacionadas con el ser humano. “Si el número de pequeños terremotos se incrementa, puede indicar que las fallas se están ‘estresando’ de manera crítica y que podría producirse un terremoto mayor”. 

Ahora sabemos algo más sobre la influencia de sismos remotos en fallas previamente debilitadas por las actividades humanas, como la minería, la bajada de niveles de agua, el movimiento de tierras, la extracción desorbitada, los embalses..., en especial por la eliminación con inyección a cierta profundidad de aguas residuales. Este nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Columbia y publicado en julio de 2013 por la revista Science indica que esos fuertes terremotos al otro lado del planeta pueden desatar temblores menores cerca de los pozos de inyección en medio de una zona no propensa a la sismicidad como pueda ser la zona central u oriental de Estados Unidos.

De esta forma explican varios autores que terremotos de gran magnitud como los de Chile en febrero de 2010 (8,8 Mw), Sumatra en 2012 (8,6 Mw) o Japón en 2011 (9,1 Mw) fueron responsables de otros sismos disparados en zonas tan alejadas como Oklahoma, Colorado o Texas, pero con un factor común: eran áreas sometidas a un alto estrés sísmico provocado por las inyecciones de aguas residuales provenientes de la actividad petrolífera o el fracking.

OKLAHOMA 2011: ABRAZOS DESPUÉS DE "EL TERREMOTO CINCO PUNTO SIETE"

"Las ondas sísmicas actúan como la gota que colma el vaso, empujando a las fallas a ese último impulso que queda para disparar un sismo", afirmó en una entrevista el autor principal del estudio, Nicholas van der Elst. Las ondas llegan a estas áreas de acumulación de agua o pozos e inducen terremotos que son suficientemente grandes como para ser motivo de preocupación para el público, destacaban ya los científicos del United States Geological Survey (USGS) hace meses con motivo de un estudio similar sobre el ya famoso "terremoto cinco punto siete" (5.7) de Oklahoma, el mayor reconocido de origen antropogénico, agregando entonces que ya había numerosos estudios previos que avalaban la información.

De aquellos miles de terremotos ocurridos en el mes de noviembre de 2011 uno fue el más importante en la historia de Oklahoma. Según aquel estudio presentado en abril de 2013 y corroborado en 2014 por el USGS, fueron activados también por la inyección de aguas residuales utilizadas para la perforación de petróleo y gas. Los temblores, según lo informado entonces, dañaron catorce edificaciones y destruyeron completamente otras seis más. Asimismo, resultó dañada la estructura del campus de la Universidad de St. Gregory.

OKLAHOMA 2011: EL USGS CONFIRMA EL ORIGEN HUMANO INDUCIDO NO INTENCIONADO DEL TERREMOTO 5.7 (EL MAYOR TERREMOTO INDUCIDO POR EL HOMBRE CONOCIDO. EN ROJO SE PUEDE VER LA ALINEACIÓN DE VARIOS EVENTOS SENTIDOS POR LA POBLACIÓN, EN VERDE EL 5.0 Y EN AMARILLO EL FAMOSO 5.7.

Aquella aportación a la sismología mundial y nuestra interacción con el medio, aglutinaba información conocida de varios informes previos al mismo respecto. El artículo publicado en la revista Geology, sostiene que la inyección de las aguas residuales causó el terremoto de magnitud 5,0 cerca de Prague (Oklahoma). Ese terremoto a su vez animó posteriormente varios planos de falla al sur del epicentro, causando más de 1.000 réplicas incluyendo el famoso "terremoto cinco punto siete".

Elizabeth Cochran, geofísica del USGS y una de las autoras afirmó entonces: "creo que esto debería hacer que tomemos conciencia sobre el potencial de eventos más importantes que podrían suceder en un futuro”, en una entrevista concedida a Popular Science. Ahora en julio de 2013, el geofísico William Ellsworth del USGS examinó también la cuestión de los terremotos inducidos por la inyección en un estudio reciente publicado en la revista Science. El artículo se centra en la inyección de fluidos en pozos profundos como una práctica común para la habitual eliminación de aguas residuales, y se examinan los acontecimientos recientes y los retos científicos clave para la evaluación de este riesgo y avanzar para reducir los riesgos asociados.

INSTALACIONES DE INYECCIÓN Y FRACKING EN COLORADO FUERON CAUSANTES DE SISMICIDAD

Hay otro nuevo estudio relacionado con las inyecciones de agua en el subsuelo: los investigadores de la Universidad de California en Santa Cruz, han descubierto que las instalaciones de energía geotérmica pueden también inducir terremotos, y han encontrado una alta correlación entre la actividad sísmica y la producción de este tipo de energía, lo cual implica asimismo inyectar agua en el subsuelo.

Debido a las fundadas sospechas por el incremento de la sismicidad en la zona, estudiaron el número de terremotos producidos entre 1981 y 2012 en la región de Salton Sea (California), y cruzaron esos datos con los de la actividad de las plantas geotérmicas que fueron proliferando desde entonces. Hasta 1986, año en que aún era poca la actividad de producción geotérmica, el nivel de terremotos se mantenía bajo y más o menos constante. Pero después de 2001, este tipo de energía creció de manera significativa al mismo ritmo que lo fue haciendo la actividad sísmica, finalmente ambas se dispararon.
INCREMENTO DE LA SISMICIDAD (TERREMOTOS M>3 EN EEUU) DESDE 1975. Las barras en rojo están asociadas a la inyección de aguas residuales provenientes de la industria del petróleo y el gas, las barras en gris no. (Fuente: Matt Weingarten/UC Boulder)


Para poder discriminar y separar los terremotos directamente producidos por la industria de aquellos debidos a causas naturales, los investigadores desarrollaron un método estadístico. “Podríamos predecir los terremotos generados por la actividad humana a partir de los datos del agua que entra y sale del suelo”, explica Emily Brodsky, geofísica de la universidad de California y autora principal de este otro estudio.

La publicación en abril de 2013 del trabajo sobre los terremotos de Oklahoma, en especial del denominado "terremoto cinco punto siete" relacionándolo con las inyecciones profundas de agua, es uno más de tantos trabajos similares que aparecen en todo el mundo cada vez con más frecuencia, también en España; todos apuntan a las mismas sintomatologías y desencadenantes en diversas partes del mundo, relacionan siempre de una u otra manera la actividad industrial, las inyecciones de agua, los cambios tensionales o climáticos, la hidrosismicidad natural o mixta (con influencia humana), con un siempre notable incremento de los terremotos en zonas donde incrementos en la presión de agua por una u otra causa, llega a disparar el estrés de las fallas, hablemos o no de zonas propensas.



2. LA SISMICIDAD INDUCIDA POR EL SER HUMANO

Desde los trabajos que relacionaron los terremotos de Lorca y la extracción masiva de agua ya en 2011 y en 2012, pasando por la crisis sísmica de Jaén y las masivas extracciones seguidas de lluvias históricas, presentado en mayo de 2013 en México para la American Geophysical Union, por investigadores españoles o la crisis sísmica de Navarra y el papel de las antiguas minas de Potasas S.A. como canales de filtración, ahora en julio de 2013, se vuelven a corroborar doblemente las tesis de la denominada hidrosismicidad, tanto por inyección de las aguas residuales provenientes de la industria petrolífera o el fracking como del aprovechamiento de la energía geotérmica.

En todos los casos, como veremos más abajo, el papel protagonista desencadenante de la sismicidad lo juega el agua, el mecanismo físico que subyace ha sido publicado en artículos tanto en congresos, como en revistas científicas o de divulgación y se puede encontrar en este blog en varias de sus entradas. No obstante, el apartado 3 del presente artículo acerca al público en general dicho mecanismo.

El agua utilizada y parcialmente extraída para minería, petróleo, fracking, etc., es contaminada por productos químicos y debe ser eliminada de una manera que evite la contaminación de las fuentes de agua dulce. No se puede devolver a ríos o lagos. A menudo, lo más económico es forzar un rapto geológico mediante la inyección subterránea, muy por debajo de los acuíferos que abastecen de agua potable.
La investigación de estos autores como Ellsworth mostró algo que ya era bien conocido tanto por fenómenos naturales climáticos como la hidrosismicidad natural, como cuando se eliminan las aguas residuales cerca de las fallas, aunque éstas permanezcan inactivas. Si las condiciones subterráneas son las adecuadas, y así es cerca de los pozos de inyección, pueden ser más probable que ocurran terremotos. Se pueden activar por el mecanismo bien conocido de elevar la presión del agua en el interior de una falla. Si la presión aumenta lo suficiente, la falla puede moverse, liberando la tensión almacenada en forma de una sacudida o terremoto. Incluso las fallas que no se han movido en millones de años pueden ser disparadas y causar  terremotos si las condiciones subterráneas son las adecuadas.

Ahora varios científicos del USGS y otras organizaciones mundiales, estamos dedicados a lograr una mejor comprensión de las condiciones geológicas y las prácticas industriales asociadas con los terremotos inducidos, y a determinar cómo se puede gestionar el riesgo sísmico en zonas no propensas que con nuestras actividades las convertimos en potencialmente propensas.

LOS TERREMOTOS DISPARADOS EN EE.UU. CERCA DE POZOS DE INYECCIÓN POR OTROS MÁS LEJANOS


Ellsworth, destaca un enfoque para la gestión de los riesgos que se articularía con la fijación de umbrales de actividad sísmica para operaciones tecnológicas seguras. Bajo este sistema “semáforo”, si la actividad sísmica excede los umbrales previamente acordados, se harán reducciones de la inyección. Si la sismicidad continúa o se intensifica, las operaciones podrían ser suspendidas.

El actual marco regulador de los pozos de eliminación de aguas residuales se ha diseñado para proteger el agua potable de la contaminación, pero hasta ahora no se ocupaba de la seguridad contra los terremotos. Ellsworth señaló que una de las consecuencias es que la cantidad de la información sobre los volúmenes y presiones de inyección reportados a las agencias reguladoras está aún lejos de ser ideal para gestionar el riesgo sísmico de las actividades de inyección.

Por lo tanto, impulsar o exigir incluso mejoras en la recopilación y presentación de los datos de inyección a los correspondientes organismos reguladores podría suministrarnos una información muy necesaria sobre las condiciones potencialmente asociadas con la sismicidad inducida por extracción de gas, agua, fracking... En particular, dijo Ellsworth, una información diaria de los volúmenes de inyección y presiones de inyección máximas y promedio sería un paso en la dirección correcta, al igual que la medición de la presión de agua y el estrés tectónico calculado antes de la inyección.



OKLAHOMA: PARADIGMA DE LA SISMICIDAD INDUCIDA



3. EL MECANISMO FÍSICO QUE GENERA LA SISMICIDAD INDUCIDA

Estos casos estudiados entran de lleno dentro de los postulados y preceptos cada vez más en auge de la hidrosismicidad (ver por ejemplo el libro de Wang & Manga, 2009; “Earthquakes influenced by water”) que sugiere básicamente la idea de que el agua actúa como un lubricante de las fallas, y por ello facilita su movimiento brusco con episodios sísmicos. Para explicarlo de manera que se entienda claramente: todos sabemos que cuando llueve resbalamos con mayor facilidad al caminar por la calle ya que el asfalto está húmedo, el concepto es tal cual, sencillo.

LO QUE PASA CUANDO EL AGUA QUE ENTRA EN LAS ROCAS ES MÁS QUE LA QUE SALE: UN AUMENTO DE PRESIÓN

Así, dentro de la disciplina de la mecánica de rocas, hace muchos decenios que se describió el cómo a los esfuerzos tectónicos procedentes de la lenta convergencia frontal y/o rozamiento lateral de las placas tectónicas, se suma el aumento de la presión de fluidos ante la presencia de agua, de esta manera se desencadenan terremotos en las fallas activas sismogenéticas que el hombre ha reconocido con diferentes conceptos a lo largo de la historia. Hoy esa modificación en la presión de fluidos se puede identificar con los bruscos cambios climáticos y también con las actividades humanas.

POZO DE INYECCIÓN

Cierto es que las fuerzas isostáticas, la erosión y el levantamiento juegan un papel fundamental, y tarde o temprano la transferencia de esfuerzos de Coulomb se reparte entre las piezas del sistema, pero no es menos verdad que un pequeño cambio en la presión de poros puede modificar esa transferencia de esfuerzos, lo cual supone que el agua juega un papel primordial en la configuración espacial y temporal de la sismicidad, y aunque aún debe ser demostrado y estudiado, algún paso ya se está dando (Wang, Manga, Sirnagesh, Costain, Elsworth, Doblas, Aretxabala, etc.).

Cuando ocurre un terremoto, éste puede aumentar los esfuerzos de Coulomb entre las fallas colindantes, lo que aumenta a su vez el momento de ocurrencia del próximo. Sobre todo si la falla sobre la que influye, está cerca como está siendo el caso, del esfuerzo de rotura.

El agua en este caso, como en otros ya estudiados, sería el detonante del cambio en la distribución y transferencia de los esfuerzos. Terremotos lejanos actuarían exactamente igual sobre zonas propensas recién sometidas a cambios de presión por obras hidráulicas, inyecciones o fracking.

Los escépticos con respecto a estas hipótesis que también consideramos al agua cuando su presencia es extraordinaria siguen apoyando sus especulaciones en la exclusividad de la transferencia de esfuerzos como agente que genera la sismicidad.

La transferencia de esfuerzos, se ha venido identificando como un mecanismo importante en la generación de terremotos. Dicho mecanismo está basado en el bien conocido criterio de rotura de Coulomb (CRC); en el caso de que esperemos un tipo de rotura como es la ocurrencia de un terremoto, tendríamos que:



 CRC = t - u (q - P) > 0



Indicando que un valor positivo de CRC puede generar la fractura. Aquí t define el esfuerzo cortante y q el normal, sobre el plano (suponiendo que una falla pueda asemejarse a un plano), q es positivo para la compresión, u es el coeficiente de fricción y P la presión de poros, cuyo papel protagonista es reducir el esfuerzo normal efectivo.

TRES FORMAS DE DISPARAR UNA FALLA (CUANDO EL SEMICÍRCULO TOCA LA RECTA ENVOLVENTE) SEGÚN EL CRITERIO DE ROTURA DE MOHR-COULOMB :

1. Aumentando la presión principal σ1
2. Disminuyendo la presión de confinamiento σ3
3. Aumentando la presión de fluidos que reduce la presión efectiva σ1 y la σ3

Hay dos formas de aumentar la presión de poros (caso 3) natural por lluvias y tecnológica: pantanos e inyecciones de fluidos en las rocas. En todos los casos, las fallas se disparan y provocan sismicidad.


Por lo tanto, los terremotos pueden ser desencadenados por cambios de esfuerzos tanto como por el cambio de presión del agua o de poros. Las réplicas posteriores se suelen asociar a cambios en los esfuerzos transferidos usando la misma ley. La transferencia de esfuerzos estáticos y la interacción entre fallas cercanas o lejanas, satisfacen un papel de mecanismo físico que puede explicar la formación de enjambres, terremotos compuestos, premonitorios, principales, réplicas; los intervalos pueden ser horas, días, meses, años, décadas. Hoy sabemos mucho mejor que la Tierra no es insensible a nuestras actividades, y que el agua es una sustancia capaz de redistribuir esfuerzos provenientes de muy lejos.



FRACKING Y SISMICIDAD INDUCIDA: MINUTO 20'49''  DIARIO DE (CUATRO)


sábado, 6 de julio de 2013

UN CLIMA EXTREMO DE ALTO IMPACTO Y SIN PRECEDENTES



DEDICADO A MICHEL JARRAUD
El actual nivel de CO2 es ya el mismo que hace dos millones de años. El último informe de la Organización Meteorológica Mundial (WMO, perteneciente a la ONU) apunta a que entre 2001 y 2010 se vivió la época más caliente conocida desde que comenzaron a evaluarse los datos climáticos a mediados del XIX. 

Ciudades como Pamplona, que engloba en su área metropolitana a 350.000 habitantes, ha vivido en lo que va de año tres inundaciones, una de ellas catalogada como “histórica”, una docena de impactos sísmicos que se pueden catalogar como "climatequakes" o sismos climáticos que despuntan de los cerca de 400 temblores iniciados en febrero después de varios meses de lluvias históricas.


PUBLICADO EN ABC Y VARIOS MEDIOS
PAMPLONA 9 DE JUNIO DE 2013: LAS INUNDACIONES HISTÓRICAS


1. EL IMPARABLE AUMENTO DE LAS TEMPERATURAS

Entre el 2001 y el 2010 la mayoría de los países rompieron récords, los niveles de los mares se incrementaron el doble de rápido que en el siglo anterior. La última década nos ha dejado una disminución en el hielo del Ártico sin precedentes geológicos, una aceleración en la pérdida de hielo en Groenlandia que hace justo un año hizo saltar las alarmas, pero no ha sido menos en la Antártida o en los glaciares de montaña como los pirenaicos donde las nuevas especies comienzan a conquistar nuevos ecosistemas. 

Así, nuestras últimas emisiones han provocado que los niveles del mar estén ya en tasas nunca vistas de ¡tres milímetros más cada año! La respuesta se expresa principalmente a través de la activación, el ajuste o la modulación de una gama de procesos tectónicos y superficiales que incluyen la desestabilización de zonas recientemente hidratadas: terremotos y redistribución completa de las zonas climáticas. Algunas avispadas empresas vitícolas ya compran parcelas en el futuro clima mediterráneo: Inglaterra.

En efecto, cuando intentamos adelantarnos a la evaluación potencial de una respuesta de la Tierra como un sistema, parece prudente considerar que en breve, niveles de calentamiento de 2°C van a ser inevitables, las consecuencias empezamos a verlas en forma de aviso violento o catástrofe. El análisis de 66 estaciones repartidas por ambas vertientes de la cordillera pirenaica muestra que las temperaturas han aumentado 1,2 grados de media desde 1950.



2. MAYOR FRECUENCIA DE EVENTOS EXTREMOS

Puede que la temperatura no importe tanto, pero se necesitaba un parámetro para que todos nos entendiéramos. Lo que verdaderamente importa es lo que le está pasando al clima, y ya lo estamos viendo: vivimos eventos extremos que hasta hace bien poco (y hablamos de un par de años) la comunidad científica aún dudaba si pudiera ser una consecuencia del denominado “cambio climático”, o no…; ahora lo que nos deja estupefactos es la intensidad y la frecuencia de los eventos extremos, lo que han aumentado. Y eso sí está muy claro: catástrofes y concatenaciones de respuestas climáticas que se daban cada cien años ahora están ocurriendo cada cinco o diez.

La civilización y por lo tanto la sociedad de cada país, necesita invertir en investigación, necesita de científicos cualificados y avezados para dotarnos de armas eficientes capaces de resistir los embates de la Naturaleza sobre la ciudad (vista ésta ya como la unidad estructural planetaria de la sociedad del siglo XXI) y viceversa, adelantando propuestas urbanísticas efectivas para que ambas no lleguen a destruirse mutuamente; adelantándose también a los acontecimientos desde la idea de que determinados elementos del medio humano, pueden ofrecer resistencia a los efectos negativos de una catástrofe si comenzamos ya a desarrollar las mejores herramientas para conseguirlo: la ciencia, la cultura y el urbanismo del siglo XXI.

Y es que las cifras no engañan: entre 1971 y 2010 la aceleración en el incremento de las temperaturas no conoce precedentes, y aun más, según este informe, las tres últimas décadas, baten todos los récords, afirmó Michel Jarraud, secretario general de la WMO.

MICHEL JARRAUD: "A BUEN ENTENDEDOR SOBRAN LAS PALABRAS" (INCREMENTO Tª 1961-1990)

Ciudades como Pamplona por ejemplo, que engloba en su área metropolitana a 350.000 habitantes, ha vivido en lo que va de año tres inundaciones, una de ellas catalogada como “histórica”, una docena de impactos sísmicos que se pueden catalogar como "climatequakes" o sismos climáticos que despuntan de los cerca de 400 temblores iniciados en febrero después de varios meses de lluvias históricas, acompañados de una infinidad de deslizamientos en laderas que aún permanecen en movimiento; avisos no nos faltan: a buen entendedor sobran las palabras.

VERÍN (OURENSE) EL PRIMER INCENDIO GRANDE DE 2013 (5 DE JULIO)
Inmersos en el gran cambio no podemos obviar lo que está por venir, tenemos que asumir quizás ya, lo que nunca vieron nuestros abuelos. El informe de la WMO de la ONU, organización con sede en Ginebra, se titula “el clima global 2001-2010, una década de extremos climáticos” y está publicado en su web www.wmo.int