lunes, 28 de octubre de 2013

POTASA SI, POTASA NO... NAVARRA 2013, LAS CONTRADICCIONES Y LA CEGUERA DE SIEMPRE

MÚSICA: SCHILLER, DAS GLOCKENSPIEL (SCHILL OUT MIX)



FOTO: CHANGE.ORG PETICIÓN DE ROSA ÁLVAREZ (UNDIANO)


El los últimos tiempos, se ha hablado, se habla, y sin duda mucho más se hablará, del impacto socioeconómico y ambiental que el proyecto de retomar la explotación de las minas de potasa en la Sierra del Perdón tendrá sobre las poblaciones de la zona de Erreniega, la cuenca de Pamplona y Navarra en general.

Por estas tierras navarras cualquier actuación sobre el medio, tales como embalses, autovías, líneas, férreas, grandes superficies, minería, centros de investigación..., tienen siempre una componente de contestación social, pública, mediática, política, etc., cuyo tono suele ser subido. En algunos casos no faltos de razón, pero en otros estaría por ver.

Tanto los que apoyan esas iniciativas como los que las critican, lo suelen hacer duramente, abundan las declaraciones de tono visceral, excluyente, vehemente, pero pocas son las reflexiones generosas, las concesiones a "escuchar" a quienes adoptan perspectivas contrarias a los criterios de quien defiende una determinada posición. Y lo habitual (síntoma manifiesto de cierta pobreza intelectual) es que sólo haya dos: sí y no.




1. NUESTRA RELACIÓN CON LA TIERRA Y LOS RECURSOS BRINDADOS

Hubo un tiempo en el que explotar la Tierra consistió básicamente en tomar de ella lo que al hombre le resultaba útil, atractivo, lucrativo. Fue dominando y aprovechándose de un medio virgen cuya evolución al principio apenas resultaba perturbada por las acciones humanas. Hoy nuestras acciones pueden provocar terremotos. La proyección histórica -salvando episodios intermitentes locales- de este modelo, ha dominado nuestra relación con el medio en que vivimos prácticamente hasta nuestros días.

Con la sociedad medieval, capitalista (y socialista), un modelo de explotación paternalista se fue abriendo paso; aún hoy se puede ver su sello en buena parte de pueblos y ciudades, también en Navarra; el urbanismo que respondió a ese modelo dejó su huella como los círculos concéntricos del tronco de un árbol, las configuraciones de nuestras ciudades reflejan la localización por sectores de la seductora época industrial; los frutos de la agricultura, minería, manufactura. 

Pueblos enteros se construyeron con esos criterios de dominio del medio pensados sobre plano, las casas baratas de los trabajadores, el colegio de los niños, las lujosas mansiones de ingenieros y promotores, la cantina, la iglesia, la casa del cura, el polígono industrial… No hay más que darse una vuelta por las antiguas instalaciones de las minas de Potasa o las bodegas Sarría para saborear esa época que ya nunca volverá.

LAS INSTALACIONES DEL MODELO PATERNALISTA DE LAS ANTIGUAS POTASAS

Las puertas de la tercera modernidad se han abierto de la mano de la alta velocidad, los transportes low cost, un modelo de ocio estándar, facebook, twitter, whatsapp y un sinfín de redes sociales capaces de aglomerar a miles de personas en una actividad común en ésta o en otra ciudad. La ciudad clásica y la ciudad industrial son sus antepasadas, hoy la sociedad se dota de nuevas herramientas, pero sobre todo de una nueva forma de pensar el medio, el pueblo, la propia ciudad, hacerla útil, no alienante y mitigar sus posibles riesgos. El medio humano y la Naturaleza no pueden destruirse mutuamente. 

Antes, el primero se separaba con fronteras muy claras del natural, hoy no. Un nuevo urbanismo y una nueva relación con la Tierra piden paso y no pueden ser otros que los que se corresponden con estas nuevas formas de pensar, relacionarse y actuar: es la tercera modernidad. Las herramientas principales de esta nueva etapa son la ciencia y la cultura. El desafío: una sociedad que se empeña en la individualización del espacio-tiempo difuminando los pueblos para adherirlos a la ciudad y viceversa.

La nueva visión del mundo, del medio, trae nuevas maneras de valorización y utilización de la Tierra, de los recursos. Las comarcas que trabajan la vid o el espárrago, la sal o el patrimonio histórico, tienen tesoros que apenas nuestros dirigentes aciertan a valorar. El año que viene la comarca alavesa de Salinas de Añana se presentará a Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, al igual que Almadén, que ya lo es, después del abandono institucional y la explotación salvaje desde tiempos romanos, la tierra, la cultura, el turismo y la participación ciudadana han sido claves para transmutarse hacia tanto valor. 

El modelo de las bodegas alavesas donde la exaltación de la cultura gastronómica, la salud a través de la tierra, de la uva, del vino, o lo emblemático de unas arquitecturas de belleza impactante que definen una nueva relación con el medio son un ejemplo a seguir, y la Sierra del Perdón no debiera perder esa perspectiva moderna, actual.


2. LA SAL, UN BIEN COMÚN CON MÁS VALOR QUE EL MINERAL

La sal es un bien con mucho valor histórico y económico, ahora en vez de luchar contra su extracción ¿por qué no la sabemos revalorizar a la par que la extracción define ese nuevo paradigma? Ni la sociedad ni las empresas buscan aquel paternalismo excluyente, clasista, a veces agresivo, expoliador, ahora son otros tiempos ¿Se justifica estar en contra de las nuevas potasas porque haya habido hundimientos, expoliación o terremotos? 

Salinas de Añana, como la Sierra del Perdón o Etxauri antes de la aparición de nuestra especie los sufrió, y siempre los sufrirá, los depósitos de sal son tectónicos, las fallas sus compañeras. El abandono de las galerías tal y como se hizo debiera haberse juzgado como criminal, hoy sería así. Aquel modelo de sociedad de escasa ciencia y poca cultura fue el culpable. En la participación ciudadana está el no permitir que vuelva, pero sí apostar por el valor y la exaltación de nuestra Tierra.

LAS SALINAS DE AÑANA PRONTO PODRÍAN SER PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD POR LA UNESCO

Se nos dice que se está optando por seguir exprimiendo hasta el último recurso de las rocas por no querer afrontar un problema que tenemos delante y es ineludible: la transición de una economía basada en los combustibles fósiles, hacia sociedades con baja huella ecológica y tecnologías renovables y no contaminantes. 

Es necesario de una vez por todas asumir que el actual modelo energético y de explotación de recursos es insostenible y por eso los nuevos impulsos basados en la ciencia y la cultura triunfan. Sería de estúpidos no adoptarlos. Las reservas de combustibles fósiles son cada vez más escasas, y los problemas ambientales asociados a la explotación no convencional (como la fractura hidráulica) su producción y consumo son casi un suicidio. Ante todo esto, o participamos de la creación o lo hacemos de la destrucción.



3. LAS CONTRADICCIONES (COMO SIEMPRE DE LA MANO DE LOS INTERESES DE ÉLITES POLÍTICAS)

¿Merecen la pena los riesgos que vamos a correr oponiéndonos de manera ciega a esta nueva mirada? ¿Están justificados los riesgos ambientales de seguir adoptando modelos caducos? La sociedad navarra, como la española y la europea, debe afrontar el reto energético, el ambiental, el progreso industrial y el tecnológico. Todos queremos llegar a casa y poder encender la luz, poder calentarnos. No podemos seguir apostando por modelos caducos, la eficiencia energética y las fuetes renovables son el único futuro posible, el único brillante. Las empresas que han crecido con la tercera modernidad aún son pocas, pero las hay, lo saben, y así actúan. Son en definitiva las que triunfan, ¿quién se atrevería a afirmar que Geoalcali no es una de ellas?

Sospechando del progreso, de la ciencia, de la cultura y de los nuevos retos energéticos y empresariales, no avanzamos y nos hundimos cada vez más, y lo haremos manipulados de la mano de algunos dirigentes interesados o corruptos, ellos viven muy bien y no quieren dejar de hacerlo, son quienes verdaderamente desde su ceguera nos imponen los antiguos modelos, la cristalización, la petrificación, siempre con su vuelta a la Edad Media. Pero una buena parte de la sociedad no está ciega, y la otra ya comienza a ver.

El cuidado del medio debe (y tiene que) ir de la mano del desarrollo de las comunidades, de la revalorización no sólo económica de nuestras tierras, de nuestro hábitat, de nosotros mismos; la cultura, la ciencia y una buena dosis de arte y sensibilidad deberán ser sus escultores, dejar algo tan importante como nuestra Tierra en manos de precisamente las élites que han demostrado una y otra vez ser las más corruptas, cínicas, mentirosas, contraproducentes, y obstáculos para el progreso o el medio ambiente, etc., es un error que los ciudadanos no nos podemos permitir. La puesta en valor es también humana, no es sólo empresarial, por ello la participación ciudadana es la clave, pero lo es para construir, no para destruir.

Es necesario un debate social que vaya más allá de la discusión visceral del estar "a favor" o "en contra". Los regalos como la sal en este caso, son como las dinámicas y respuestas de la Tierra; son mucho más que blancas o negras, mucho más que Madrid-Barça, la Esteban-la Campanario..., bastante más que un sí, o un no.


LAS SALINAS DE AÑANA CON DANI ÁLVAREZ E IÑAKI LÓPEZ


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