viernes, 20 de febrero de 2015

LAS EVIDENCIAS DEL CAMBIO CLIMÁTICO Y SU IMPACTO INECONÓMICO






Debido al interés y comentarios recibidos por este artículo, he decidico publicarlo en inglés y alcanzar así una mayor audiencia. ¡Disfrútalo! Gracias a Gary P Kisner.

Due to the attention and reception this article has received, I have decided to publish it in English so as to reach a wider audience. Enjoy! Thanks to Gary P Kisner.





PUBLICADO EN VARIOS MEDIOS
¿TIENE LÍMITES EL "CRECIMIENTO ECONÓMICO"?  ¿COLISIONA CON ALGO?

El crecimiento tiene unos límites que siguen siendo invisibles para la economía y de poco interés para políticos y ciudadanos. Las noticias de crecimiento esperado, crecimiento amenazado o crecimiento alcanzado, absorben la actualidad. 

El crecimiento es el santo y seña de las propuestas políticas, aquí y en todo el mundo, sigue siendo la solución aceptada para evitar la pobreza, la contaminación o la deuda.

La cuestión es si verdaderamente se puede crecer, y la geología nos lo impone: si no queremos otra extinción, no; nos permite un crecimiento ineconómico, pero ella no ha pedido nuestra opinión.



Miles de focas se mueren en la costa pacífica de EE UU, las sardinas cambian su fisiología y emigran al norte, los pescadores de vieiras se quedan sin trabajo, los parásitos las aniquilan. Grandes enfermedades de nombres pequeños brotan en un mundo globalizado, cerca de sesenta millones de personas ya ostentan el título de desplazados climáticos… La lista es muy larga, el tiempo muy corto, tanto en el que se han desarrollado esos agravios, como el que nos queda para reaccionar.

El ‘cambio climático’ está aquí, y ha venido no sólo para quedarse, sino para empeorar las cosas. Si el año 2014 nos dejó los registros de temperaturas por tierra, mar y aire, más altos de la historia conocida, 2015 empieza con la misma tendencia. A pesar del frío de los últimos días por estas latitudes del sur de Europa, enero de 2015 es ya el segundo enero más cálido conocido en los registros. Los eventos extremos parece que se desarrollan según lo previsto: son más frecuentes y violentos con los patrones climáticos trastocados. La geología ha cambiado.

Mientras países como Polonia, Rusia, Canadá o China han vivido un invierno templado, el vórtice polar ataca por segundo año consecutivo la costa este de EE UU, el Sahara registra medias irreconocibles por debajo de 4ºC y el polo norte por encima de 8ºC se derrite a velocidades nunca vistas. El río Ebro se desborda dos veces en un mes…

ANOMALÍAS EN LA TEMPERATURA GLOBAL DE ENERO DE 2015 (NASA GISS.)

Entretanto la comunidad científica da voces de alarma, pero nuestros Gobiernos y burocracias sufren una sordera que se traduce en la más absoluta inactividad. El crecimiento económico se ha ido afianzando como el objetivo central del esfuerzo humano en este insólito planeta. Su motor ha sido el suministro de energía fósil fácil de obtener, la sangre geológica que ha movido y aún a duras penas mueve la economía mundial, pero con un grave inconveniente: la acumulación de emisiones de gases de efecto invernadero a causa de la combustión de ingentes cantidades de combustibles fósiles.

Lo hacíamos porque podíamos, porque la energía estaba tan a mano que era fácil su extracción, refinado y transporte, tres actividades que también requieren de energía para poder culminar y contribuir a nuestro desarrollo tecnológico, la agricultura, la sanidad, el bienestar, la cultura. El homo tecnologicus que aún habita este extraño planeta fue posible gracias al carbón, al petróleo accesible o al gas natural, energía solar fósil, acumulada hace millones de años y que nos hemos “ventilado” en unas décadas.

Pero el suministro que mueve nuestra maquinaria ya no está tan a mano, el coste energético y por lo tanto económico de la extracción, refinado y transporte es tan alto y con tantos efectos nocivos que el bienestar, la cultura, la sanidad, se resienten. Esta es la manera en que hemos traído a nuestra casa a este invitado al que hemos llamado ‘cambio climático’, pero que no venía solo, de la mano traía la destrucción de la Biosfera, en términos económicos: la deuda.

EL VERTIGINOSO INCREMENTO DE CO2 EN NUESTRA ATMÓSFERA HA ALCANZADO LÍMITES DESCONOCIDOS

Y es así como desde la ciencia y no desde la economía, se está poniendo en tela de juicio el modelo económico actual. No hay otro mundo para seguir igual, ni físico, ni como enfoque sobrenatural; este último enfoque es en el que parece confiar una ciencia económica fiel a toda eficiencia, como si existiese alguna actividad económica capaz de crear energía por sí misma. La gran pregunta es cuándo habrá que pagar la factura. Y la factura de la era industrial ya ha vencido.

En general, la economía aún debe hacer frente a la realidad de que la actividad económica está condicionada por las leyes de la termodinámica. La energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma, y lo hace en una sola dirección: de disponible a no disponible. Es especialmente notorio cuando los límites físicos para crecer ya se han sobrepasado.

En algún momento entre 2005 y 2008 alcanzamos el zenit del crudo, en 2010 con el auge de las costosas nuevas técnicas de extracción de hidrocarburos no convencionales comenzó una nueva época de escasez y de actividad ineconómica, la demanda de energía cae, los precios de las materias primas se volatilizan, pero cabe resaltar que en ese año más de la mitad de la humanidad comenzamos a vivir en ciudades, una nueva experiencia para la vida en el planeta.

EL AÑO 2010 SUPUSO UN CAMBIO PLANETARIO REMARCABLE: MÁS DE LA MITAD DE LA POBLACIÓN YA VIVIMOS EN CIUDADES, UNA NUEVA EXPERIENCIA PARA LA VIDA EN EL PLANETA. ES EL AÑO DEL AUGE DE LOS MÉTODOS DE EXTRACCIÓN DE HIDROCARBUROS NO CONVENCIONALES  (FRACKING); COMIENZA UNA NUEVA ERA QUE PODRÍAMOS LLAMAR LA ERA DE LA INEFICIENCIA O DEL CRECIMIENTO INECONÓMICO.

La ciudad se convirtió en 2010 en la unidad estructural de una nueva era planetaria ineficiente, las ciudades, espacios de libertad y encuentro son más vulnerables, exigen cada vez más suministros y producen más desechos, la libertad y el riesgo se dan la mano, el crecimiento tiene límites.

Son límites que siguen siendo invisibles para la economía y de poco interés para políticos y ciudadanos. Las noticias de crecimiento esperado, crecimiento amenazado o crecimiento alcanzado, absorben la actualidad. El crecimiento es el santo y seña de las propuestas políticas, aquí y en todo el mundo, sigue siendo la solución aceptada para evitar la pobreza, la contaminación o la deuda. La cuestión es si verdaderamente se puede crecer, y la geología nos lo impone: si no queremos otra extinción, no; nos permite un crecimiento ineconómico, pero ella no ha pedido nuestra opinión.

LAS IMÁGENES DEL IMPACTO:
(ALGUNAS IMÁGENES PUEDEN HERIR SU SENSIBILIDAD)




URGE UNA NUEVA ACTITUD ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO

4 comentarios:

JOSE LUIS dijo...

Por si fuera interesante o de utilidad para ti o para los lectores de tu web, tengo publicado el blog plantararboles.blogspot.com
Un manual sencillo para que los amantes de la naturaleza podamos reforestar, casi sobre la marcha, sembrando las semillas que producen los árboles y arbustos autóctonos de nuestra propia región.
Salud, José Luis Sáez Sáez.

lolosistemico dijo...

En la frase: "La cuestión es si verdaderamente se puede crecer, y la geología nos lo impone"
¿no debería decir "ecología" en vez de "geología"?

Antonio Aretxabala dijo...

Lolositémico, he puesto geología adrede, la ecologia es la primera disciplina que aglutina a otras, está construida desde la geología, bioogía, sociología, y muchas otras disciplinas. Durante el siglo XVIII al XX, las ciencias han ido siendo cortadas en trocitos con vida propia que se separaban de un tronco común. La palabra "Geología" por ejemplo fue utilizada por primera vez por Jean-André Deluc en 1778 e introducido como un término establecido por Horace-Bénédict de Saussure en 1779, aparece entonces como una disciplina científica ya desligada del tronco de las ciencias naturales y con identidad propia. Pero ya había piedras y montañas, glaciares y volcanes. Más tarde la cristalografía, la geotecnia, la sedimentología, la sismología, la mecánica de suelos, la paleontología..., hacen lo mismo, y se encuentran en su actividad de forma tangente o secante con otras provenientes de campos como la ingeniería, las matemáticas, la biología o la física.

Desde finales del siglo XIX y principios del XX, aparecen sin embargo una serie de disciplinas que siguen el camino contrario, integran, en vez de desintegrar; tal es el caso por ejemplo de la ecología que aglutina palabras como Biosfera; concepto que debemos a Vladímir Vernadsky, también enseguida adoptada por Teihard de Chardin, hablan de ello como una esfera física geométrica a la par que no pierde la partícula "bio" referente a la vida, es más, Teilhard ya habla de "noosfera", un término aún más desgarrador por la fuerza física y espiritual que encierra una esfera del conocimiento.

Ni que decir tiene lo que se nos vino encima con Rupert Sheldrake y los campos mórficos, incluso Ken Wilber o Rudolf Steiner y la conciencia sin fronteras o la ciencia espiritual; muchos son los sorprendentes ejemplos que por una causa u otra llevaron a una parte de la ciencia del siglo XX a unir más que a separar, una herencia recibida por ese camino de la filosofía-ecología que ya viene desde Platón pasando por Agustín o Franciso de Asís (santo patrón de la ecología) y Goethe hasta hoy. A nadie sorprende ya esa ciencia-fusión; robótica y medicina, mineralogía y dietética, risoterapia y resiliencia...

lolosistemico dijo...

Gracias Antonio por tu ilustrada contestación. Releyendo el párrafo, supongo que distintas disciplinas están relacionadas con los procesos que imposibilitan el crecimiento económico en el que están basadas nuestras economías. El cambio climático atañería a la geología, su influencia a la ecología (disciplina en la que yo trabajo), y el propio crecimiento a la economía. Los tres tipos de procesos, combinados, y probablemente algunos más, son los que finalmente hacen incompatible la supervivencia de nuestra especie, tal y como ha sido hasta ahora, con ese crecimiento.
Desconocía el término "crecimiento ineconómico", que parece interesante. Procuraré profundizar en el cuando disponga de más tiempo.
Un saludo,
Manuel