martes, 15 de mayo de 2012

CANTABRIA, EN UNA ZONA DE BAJA SISMICIDAD DE LA PENÍNSULA IBÉRICA, ALBERGA MÁS DE 9.000 CUEVAS



LA CRUZ QUE CORONABA LA IGLESIA DE LOS
PP. JESUITAS DE SANTANDER HUBO DE SER
RETIRADA COMO CONSECUENCIA DEL MAYOR
TERREMOTO DEL NORTE DE ESPAÑA, 16-X-1938



Cantabria es una región de una riqueza geológica inigualable, pero eso no sólo significa abundancia de especímenes geológicos: suelos, rocas, formaciones y formas más o menos bellas y llamativas, supone también una presencia de configuraciones y disposiciones peculiares de sus macroestructuras, la mayor parte de ellas invisibles por situarse en el subsuelo. 

Pueden ser especialmente dañinas a la hora de actuar como medio de transmisión, amplificación, expansión o redireccionado de las ondas sísmicas generadas en nuestras aún desconocidas fallas, estudios pendientes todavía en nuestra región. 

Ni siquiera sabemos si sobre alguna de esas circunscripciones singulares ya viven miles de personas; podría ser el caso de algunos de los nuevos asentamientos urbanos e inter-urbanos originados de esa manera desmedida que la vorágine constructiva y especulativa de las dos últimas décadas nos legó. 

En este artículo se analiza si verdaderamente las circunstancias históricas vividas por Cantabria en particular y España en general, suponen el que se haya subestimado la seguridad sísmica a la entrada del siglo XXI, no en su aspecto puramente geológico, sino también urbanístico y social; por otro lado, se realza el arrojo y la apuesta por preservar y difundir el patrimonio geológico de una de las comunidades que mejor ha sabido rentabilizar semejante riqueza en toda España.


EL TERREMOTO DE ARREDONDO DE 1938 ALCANZÓ UNA INTENSIDAD DESTRUCTIVA DE VII. IMPACTÓ EN BILBAO, VITORIA, SORIA Y BUENA PARTE DEL RESTO DE VIZCAYA, ÁLAVA, BURGOS, PALENCIA Y ASTURIAS. AL PRODUCIRSE EN PLENA GUERRA CIVIL NO SE HICIERON ESTUDIOS SOBRE ÉL HASTA LA DÉCADA DE LOS 70 DEL SIGLO XX, FUE CAPAZ DE DOBLAR LA CRUZ QUE CORONABA LA IGLESIA DE LOS JESUITAS DE LA CAPITAL: SANTANDER. EN ROJO LAS LÍNEAS DE INTENSIDAD V-VII, EN NARANJA IV, EN AMARILLO III Y EN AMARILLO PÁLIDO II.

El variado y valioso Patrimonio Geológico de Cantabria posee tal número y densidad de valores geológicos que reúne las condiciones para elaborar una candidatura y declarar geoparques por la casi totalidad de su geografía, zonas como Costa Quebrada (actualmente en preparación) y unas cuantas más así lo permiten. No es fácil potenciar esta cultura entre nuestros dirigentes, los georrecursos nos pueden ayudar a acercar a la población muchos aspectos del funcionamiento básico de nuestros sistemas naturales y nuestra relación con ellos, simplemente potenciando los conceptos geológicos más elementales. Para ello es preciso primero preservar su existencia, pero no sólo eso, también destacar su "puesta en valor", facilitando el uso didáctico, científico y técnico de tanta riqueza. 


CANTABRIA LA MONTAÑA
1. INTRODUCCIÓN: ¿MANTIENE CANTABRIA, ENTRE SU RIQUEZA GEOLÓGICA, LA SISMICIDAD MÁS BAJA DE ESPAÑA?


Cantabria fue una región pionera catalogando Puntos de Interés Geológico con el Instituto Geológico y Minero de España en 1983; el karst de Cabárceno, el sistema dunar de Liencres, la serie del Trías de La Cohilla, el anticlinal de Santa Justa en Ubiarco, la plataforma de abrasión de La Arnía, las huellas de las glaciaciones, sobre todo la última que acabó hace 10.000 años y las más de 9.000 cuevas repartidas por la geografía cántabra, son algunos de los tesoros que han sido reconocidos por los más afamados especialistas mundiales desde finales del siglo XIX. Pero también Cantabria ha sufrido desgracias naturales de origen geológico; inundaciones, deslizamientos, terremotos, son algunos de los fenómenos que nos han traído más de un disgusto. Los movimientos sísmicos cántabros conocidos son pocos, pero son también bastante ignorados. A pesar de lo aparatoso y perniciosos de alguno de ellos Cantabria sigue considerándose situada en la zona menos sísmica de Iberia.

No se puede evitar la ocurrencia de algunos de estos fenómenos naturales, tampoco las desviaciones de magnitud y frecuencia de sus episodios respecto de la media. Pero sí que se pueden, y se deben, minimizar sus efectos sobre bienes y personas, conociendo y respetando las necesidades de funcionamiento natural del medio. Ello nos obliga a conocer las características geológicas del suelo y a no sobrepasar la capacidad del territorio para albergar los usos que realmente puede aceptar, aunque en un momento determinado puedan interesar política o económicamente aceptar otros planteamientos, veremos cómo ello ha traído ya grandes disgustos. Reocín ya ha sido el escenario de dos catástrofes.

Dos ejemplos sísmicos son analizados en este artículo, el terremoto de Arredondo de 1938, el más grande conocido en el Norte y el de Reocín de 1965, el más dañino. Ambos alcanzaron intensidad VII en la Escala de Mercalli y todavía son recordados por parte de la población cántabra, sobre todo el segundo por su cercanía temporal y sus desastrosas consecuencias, ambos conforman un testimonio que no podemos dejar caer en el olvido. Esta geología tan variada y tan peculiar alberga también los tesoros que suponen la relación de sus habitantes con su tierra, tanto ahora, de una forma moderna y pedagógica, como hace decenas de miles de años. Una región que en lo que a Geología se refiere no deja de dar sorpresas y lecciones.
 
Cantabria es la región del mundo que conserva un mayor patrimonio artístico subterráneo reconocido por la UNESCO. España es la segunda potencia mundial después de Italia. Una gran diversidad geológica atesora esta gran riqueza de formaciones excéntricas de estalactitas y estalagmitas y arte rupestre que decoran profusamente todas y cada una de sus cuevas. Pero la cosa va más allá, la riqueza de arte rupestre mantiene a Cantabria en la cabeza del mundo en estudios e investigación prehistórica. Nuestros antepasados "sapiens" ya pintaban hace 24.000 años en Covalanas, cerca de Ramales y vivieron en el valle de Ruesga, en Arredondo y valle del Asón, donde aún quedan cuevas y restos por descubrir, allí dejaron testimonio de su presencia antes que en Altamira (hace unos 15.000 años) en plena glaciación. Entonces Europa era prácticamente un casquete polar.

¿CÓMO ES UNA GLACIACIÓN Y CÓMO NOS AFECTA?


Aún quedaban 14.000 años para que se acabase el frío mundo que a aquellos artistas les tocó vivir, 14.000 años para terminar la última glaciación, eso les llevó más al Sur de la Península Ibérica cuando buena parte de Cantabria yacía bajo el hielo, pero ya habían dejado las huellas de su presencia, de sus actividades, de sus creencias. Su testimonio artístico no tiene igual en el mundo, por eso hoy es patrimonio de todos. De Cantabria son bien conocidas las cuevas prehistóricas: El Castillo y Las Monedas en Puente Viesgo, donde el gran investigador Teilhard de Chardin en 1913 se sorprendió y se inspiró, luego nos habló de la NoosferaTambién El Soplao recientemente abierta ya es popular, pero sin duda la más famosa y emblemática es la cueva de Altamira, también conocida como la "Capilla Sixtina" del arte rupestre. Hasta nueve cuevas son declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, muestran el inigualable potencial natural y subterráneo de Cantabria en el marco de los tesoros de toda la humanidad. La última glaciación terminó hace unos 10.000 años. Los restos de glaciares en las montañas cántabras son testimonios de aquel gran cambio climático, pero no lo es menos el legado de herramientas, estilos de vida, caza y usos del medio de aquellos directos antepasados nuestros.


CUEVAS DE CANTABRIA, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

Tanta cueva, más de 9.000, se debe a una configuración geológica especial, en la que abunda lo calcáreo y cretáceo, capaz de generar un mundo subterráneo en su abrazo con el otro omnipresente elemento cántabro: el agua, en una configuración que deja las imaginaciones de Julio Verne muy cortas. Para configurar ese patrimonio, hoy de la humanidad, durante los últimos millones de años, se levantaron las montañas que conforman la Cordillera Cantábrica. Aunque el proceso aún no ha terminado, como hemos visto en otras entradas de este blog, como cuando hablamos de la Rioja, en Cantabria, aún se dejan sentir de vez en cuando los violentos coletazos de esa dinámica que empuja al crecimiento de sus bellas montañas. Son terremotos generalmente pequeños, pero que han dejado pérdidas y sustos sobre todo a lo largo del siglo XX.


2. TERREMOTOS EN CANTABRIA

Para conocer el mayor terremoto habido en Cantabria, el Instituto Geográfico Nacional nos remonta hasta el 16 de octubre de 1938. En aquella ocasión, el epicentro se localizó en el municipio de Arredondo; tuvo una magnitud de entre 4,9 y 5,2 y una intensidad VII en la Escala de Mercalli. El segundo más importante, y siempre según los datos aportados por el IGN, es el registrado el 7 de enero de 1965 en Reocín. Aquel temblor posterior a la festividad de Reyes tuvo su epicentro en ese municipio; una magnitud de 4,1 en la Escala de Richter y también alcanzó una intensidad VII en la Escala de Mercalli.

La zona Norte de España apenas ha sufrido temblores significativos. En el caso de Cantabria, los últimos reseñables se registraron en 2009, la mañana del 20 de enero fue sentido un tremendo temblor en San Roque de Riomiera, entre los municipios de Soba y San Roque, cerca del límite con la provincia de Burgos en Espinosa de los Monteros, su magnitud mbLg fue de 2,8 y se produjo a 15 km de profundidad. El 8 de julio de 2013 a las seis de la mañana esa misma zona registró un terremoto de 3,4 mbLg a 11 km de profundidad que se dejó sentir en Villacarriedo, Ceceñas, Solares, Espinosa y hasta Ribamontán al Mar. No cabe duda de que el potencial sismogenético de la zona de Lunada, Soba, Espinosa, Riomiera..., pide a la entrada del siglo XXI un estudio ambicioso por cuestiones no sólo geológicas, sino también urbanísticas, como veremos más abajo.

8 DE JULIO DE 2013 A LAS SEIS DE LA MAÑANA: 3,4 mbLg, SENTIDO DESDE ESPINOSA HASTA LA COSTA

Tres años antes del terremoto de Espinosa-Riomiera del 8 de julio de 2013, el 11 de agosto de 2010 se produjo un evento sísmico muy curioso cerca de la costa por el hecho de haberse generado en una zona sorprendentemente improbable para la recurrencia de estos fenómenos: Rubayo, su magnitud fue de 3,7 mblg a 20 kilómetros de profundidad. Anteriormente, otro de los terremotos que despertó más atención por parte de los medios de comunicación que preocupación entre los vecinos, se registró el 10 de marzo de 2003. Tuvo una magnitud de 2,8 en la escala de Richter; una intensidad II-III en la Escala Mercalli y el epicentro en Villayuso.

Asimismo son destacables el de Bárcena de Pie de Concha del 9 de mayo de 1965 (3,6 mbLg). El de Laredo de 1984 (3,4 mbLg); Riba 1987, donde veremos más abajo la recurrencia intermitente del fenómeno (3,4 mbLg). Polientes 1990 (3,4 mbLg y III de intensidad). La Cavada 1994 (3,6 mbLg). Más abajo se presenta una tabla con los 20 terremotos más significativos registrados en suelo cántabro entre los siglos XX y lo que va de XXI.

ZONAS SISMOGENÉTICAS ASOCIADAS A LOS PIRINEOS Y POTENCIAL MAGNITUD Mw QUE PODRÍAN GENERAR, CANTABRIA (11) SE ENGLOBA EN UN MARCO TECTÓNICO CAPAZ DE GENERAR SISMOS DE HASTA 6,5Mw.

La Geología de Cantabria se caracteriza por la ausencia (que se sepa) de grandes fallas activas con un acentuado carácter sismogenético, son conocidas las del valle de Ruesga como las que generaron el mayor evento sísmico, también las relacionadas con los diapiros salinos de Cabezón de la Sal. En el mapa geológico de abajo puede verse que la presencia de fallas y contactos mecánicos es de escasa entidad y longitud, requisito fundamental para determinar la magnitud de los eventos sísmicos, éstos son intensos en proporción a la longitud de las fallas que los generan, entre otras cosas.

MAPA GEOLÓGICO Y LEYENDA DE LA ZONA DEL VALLE DE RUESGA


3. EL TERREMOTO DE ARREDONDO, 16 DE OCTUBRE DE 1938 (4,9-5,2-VII)

Cuando se produjo este terremoto, el más intenso en el norte (Asturias, Cantabria, Euskadi) hasta la fecha, España entera estaba inmersa en una sangrienta guerra cívil, por lo que geólogos, sismólogos, arquitectos, no estaban para tomar muchos datos. España no podía en esos momentos atender muchos estudios científicos. El sismo fue especialmente dañino con edificaciones viejas y de baja calidad en el Valle de Ruesga. Se sintió en amplias zonas del Norte, en la capital Santander fue perceptible por la mayoría de personas dentro de los edificios y por muchas en el exterior. Crujieron las casas de ladrillo, las puertas y ventanas, hubo rotura de cristales por toda la ciudad. Las paredes de las casas, se comentó, hicieron ruido en todo Santander y muchas quedaron agrietadas. El fenómeno se dio en tres episodios, el segundo fue el más violento.

El Avisador Numantino: Año LX Nº 5603-1938-X-19
Este es el terremoto más fuerte del que se tiene constancia en el norte de España, se hacen eco periódicos y diarios sorianos, asturianos, gallegos, vascos... En Santander hubo desperfectos en varias viviendas y fue especialmente violento en el Sardinero, Peñacastillo y zonas altas del centro. 

Se habla de desprendimientos de ladrillos, agrietamiento de edificaciones y rotura de cristales por toda la ciudad. También, se dan detalles de tres impactos, el segundo el más intenso y duradero. Por otro lado, los periódicos de Álava, Soria, Vizcaya, Asturias y Galicia dan detalles de la extensión que el fenómeno abarcó y de una cierta direccionalidad hacia el Oeste. 

Este fenómeno pone en evidencia la consideración de Cantabria como de una zona de actividad símica nula o muy baja, como hemos venido afirmando en círculos espcializados hasta ahora; en comparación al Sur peninsular es verdad que es mucho menor, pero también es verdad que las fallas que generaron semejante violencia aún están sin estudiar.

Ni si quiera es seguro qué falla o juego de ellas lo generó, tampoco su longitud (dato fundamental para conocer su potencial sísmico) y actividad pasada, menos aún se han realizado estudios históricos, no hay diálogo entre ingenieros, arquitectos, o estadistas que publican normativas de construcción o directrices urbanas e historiadores, y poco más de lo que aquí divulgamos se sabe del carácter sismogenético de las fallas del Ruesga. Esa carencia podría ser letal.

El denominado terremoto de Arredondo tuvo la suficiente intensidad como para causar desperfectos en viviendas, infraestructuras y varios tipos de edificaciones religiosas, de uso comunitario, etc., en la capital Santander, aunque mucho más por supuesto en Val de Asón, Arredondo y otras poblaciones de las que desgraciadamente no se tienen datos debido especialmente a las circunstancias históricas de guerra, necesidad y falta de infraestructuras de comunicación adecuadas.


Hay que añadir que además de esa falta de infraestructuras para evaluar adecuadamente el impacto, el estado de guerra en España y de rearme bélico en Europa, fueron responsables del hecho de que este evento sísmico haya llegado hasta nuestros días como una sombra de lo que realmente significó desde el punto de vista científico; y aunque en los años 70 del siglo XX fue objeto de un estudio más detallado, hoy debiera contemplarse no como un hecho aislado, singular o anecdótico, sino como un potencial que Cantabria alberga en su configuración tectónica y que podría suponer la exposición de buena parte de la población metropolitana del área Santander-Torrelavega (cerca de 400.000 personas) a un riesgo por desgracia bastante desconocido.

Prueba de ese entorpecimiento en la comunicación de esa época sobre estos fenómenos naturales lo tenemos en la difusión desde París de la noticia el día 17 de octubre de 1938, pero en un inevitable contexto bélico. Francia se rearma ante el avance de la sobrecogedora y aplastante industria armamentística alemana e italiana; mientras, la capital Santander, sufre los bombardeos de las legiones franquistas, tres años más tarde aún deberá llegar la mayor desgracia conocida en la historia de las ciudades españolas, ante la que el terremoto de Arredondo sí sería algo anecdótico: el incendio de Santander y una recuperación basada precisamente en los criterios fascistas de las leyes urbanísticas italianas; como vemos en la crónica de "El Liberal" del 18-X-1938, entre tanto bombardeo y rearme hay un espacio para la desgracia que supone el impacto de un terremoto en la capital, es normal en ese marco histórico y social que no haya noticias del Alto Asón, al menos Santander albergaba cerca de 100.000 personas; una réplica y la rotura de elementos no estructurales, cristales, tejados., etc., son detalles que merecieron ser destacados por el corresponsal (Fabra).



EL LIBERAL, MARTES 18-X-1938


Todo ello ayudó a que la cortina de humo esparcida sobre el fenómeno por la guerra y posteriores años de posguerra, la falta de recursos científicos y de medios especializados, supusieran una forma de amnesia sísmica cántabra que ha llegado de esta manera tan manifiesta hasta nuestros días. Hoy un fenómeno natural similar a aquel de 1938 podría acarrear bastantes más daños de los previstos en las pocas publicaciones que se pueden encontrar al respecto (o no, esa es la incertidumbre de la falta de conocimiento del medio), en primer lugar porque la población ha pasado de casi 100.000 habitantes cuando se produjo el terremoto de Arredondo, a 200.000 tan sólo en la capital, Santander. 

El área metropolitana de Santander-Torrelavega aglutina ya a cerca de 400.000 personas, un número más que suficiente para ser considerado y volver la mirada a esas fallas, abarcar un estudio dedicado y sopesar y evaluar el riesgo símico acompañado de una inspección técnica de edificaciones vulnerables anteriores a los años 60 del siglo XX, la hasta ahora considerada una de las zonas menos sísmicas de Iberia no depende exclusivamente del juego de sus fallas, también del entorno, y éste podría ser más vulnerable, pues ha cambiado mucho en tres cuartos de siglo; un análisis que nuestras instituciones nacionales, o las administraciones locales, o autonómicas, aún nos deben a los cántabros.

Cantabria es una región de una riqueza geológica inigualable, pero eso no sólo significa abundancia de especímenes geológicos: suelos, rocas, formaciones y formas más o menos bellas y llamativas, supone también una presencia de configuraciones y disposiciones peculiares de sus macroestructuras, la mayor parte de ellas invisibles por situarse en el subsuelo. Pueden ser especialmente dañinas a la hora de actuar como medio de transmisión, amplificación, expansión o redireccionado de las ondas sísmicas generadas en nuestras aún desconocidas fallas; nos referimos a efectos locales, licuefacciones, colapsos, amplificaciones en zonas cuaternarias o sobre auténticas cajas de resonancia sísmica, etc., estudios pendientes todavía en nuestra región. Ni siquiera sabemos si sobre alguna de esas circunscripciones singulares ya viven miles de personas; podría ser el caso de algunos de los nuevos asentamientos urbanos originados de esa manera desmedida que la vorágine constructiva y especulativa de las dos últimas décadas nos legó. 

La obligatoriedad de un mínimo (y verdaderamente escasísimo) estudio del terreno de tipo geotécnico data de la entrada en vigor del  CTE (Código Técnico de la Edificación) en 2007, y en su homeopático aspecto sísmico se basa en la norma NCSE02 aún en vigor, pero objeto de una profunda revisión después de lo de Lorca. Fenómenos de amplificación local en la costa suelen ser comunes, y por las nuevas revisiones de las hemerotecas nos tememos que el efecto de foco repetidor como hemos descubierto en San Sebastián, puede repetirse en Santander

En el catálogo del GLOBAL SEISMIC HAZARD ASSESSMENT PROGRAM para la ONU, encontramos la siguiente información histórica que nos da las coordenadas en la parte suroeste de Arredondo. Como se puede ver, el movimiento se dio cerca de la localidad de Val de Asón, a unos 500 metros al oeste (A), y en este caso la magnitud considerada llega a 5,2 según este catálogo histórico:

EPICENTRO (A) DEL EVENTO SÍSMICO DEL 16 -X-1938 A UNOS 500 m AL OESTE DE VAL DE ASÓN 5,2Mw


YearMonthDayN-LatitE-Lg SizelogM0Mw  Catalog
1938101643.2500-3.6167IMSK23.92265.2Spain 

Algunos creyeron que era cosa de las bombas. Estábamos en guerra. También se notó en Bilbao y en Vitoria, hay muy poca documentación, pero el IGN conserva un mapa de isosistas de J. Mezcua, fruto de sus estudios décadas después, que muestra en términos de intensidad sísmica todas aquellas zonas donde se pudo recopilar información al respecto después de la guerra y también en los años posteriores. He querido retomar sus investigaciones en el epicentro, para ello aún dispongo de los recuerdos de más de una docena de vecinos de Arredondo que guardan testimonio directo de sus familiares, o que lo vivieron en primera persona hace 75 años.

He de agradecer al párroco Don Marcelino, que me pusiera en contacto con estas personas, ellos me contaron sus experiencias y con una lucidez en algunos casos envidiable, me dieron detalles que son un lujo de cómo podría haberse desarrollado el evento. Son de destacar el hecho de que hubo temblores premonitorios días antes, a los que la población se había acostumbrado, una sensación de haber durado entre 6 y 10 segundos, y es de destacar el hecho de que los que lo vivieron no podían aguantar el equilibrio, todo se movía, las casas parecían "de goma". Cuento también con lúcidos testimonios de la capital, Santander, entre ellos los de Pilar Rodríguez Fontecilla, que vivía en la calle San José, esa zona de Santander lo vivió con especial notoriedad, quizás un efecto local o topográfico así lo hizo. Ella cuenta cómo se levantó sobresaltada de la cama al ver moverse estanterías y lámparas y vio a mucha gente asustada que salió a la calle, al día siguiente todo el mundo lo comentaba, en la Iglesia de  los Jesuítas la cruz metálica de la torre se dobló y se partió sin llegar a caer, Pilar tenía entonces 14 años.



ISOSISTAS DEL TERREMOTO DE ARREDONDO DEL 16 DE OCTUBRE DE 1938. J. MEZCUA

Para buscar las huellas de aquel suceso, además de a partir del testimonio de las gentes que lo vivieron hace 75 años, y ya son pocos los que quedan, hay que practicar una arqueología de las grietas bajo otras generadas en etapas posteriores. Luego vinieron años en los que se enmascaró el sello de ese fenómeno con lucidos, ampliaciones, aparición de las carreteras asfaltadas que generaron sus propias patologías vibratorias, y otros cambios en las construcciones. Es muy difícil después de casi 75 años explorarlo, sin embargo en un par de edificaciones viejas, semi-abandonadas, pueden encontrarse las posibles pruebas de aquel acontecimiento sísmico. El tipo de distribución de las isosistas que nos legó Mezcua, no muy ampliamente repartido, remarca también la superficialidad y violencia local de este terremoto de magnitud cercana a 5 en la escala de Richter e intensidad destructiva en la zona epicentral VII.


AUNQUE EL SISTEMA CONSTRUCTIVO DE SILLARES DE PIEDRA Y MAMPOSTERÍA NO ES MUY FIEL A ESTAS OBSERVACIONES, EN ESTA EDIFICACIÓN SITUADA A LA SALIDA, EN DIRECCIÓN A RIBA, Y QUE HA SIDO EPICENTRO DE UNOS CUANTOS TEMBLORES EN EL SIGLO XX, SE PUEDE OBSERVAR UNA CONJUNCIÓN DE GRIETAS EN ASPA O A CORTANTE QUE PODRÍAN REVELAR LA DIRECCIONALIDAD DEL MOVIMIENTO DEL SUELO. A LA DERECHA TAMBIÉN SE PUEDEN VER GRIETAS EN DIRECCIÓN A LA CARRETERA CA-261.


DETALLE DE LA EDIFICACIÓN
A la salida de Arredondo, una edificación prácticamente abandonada que se utiliza como gallinero, muestra una cantidad de grietas importante, destaca una conjunción en forma de aspa que atraviesa también el alféizar de la puerta principal, un enorme sillar de roca caliza. Esta configuración puede dar idea de la direccionalidad N-S del movimiento del suelo.

El haber catalogado la zona como VII en la escala de Mercalli en su momento coincide perfectamente con varios de los testimonios que aún pude encontrar entre los vecinos que lo vivieron. Fue advertido por todos.

La gente huyó al exterior asustada. Como según me han dicho varias de las personas que lo vivieron, ya se habían dado movimientos previos antes del grande del 16 de octubre, durante el verano del 38 unos cuantos; tenían ya como costumbre, ante lo que ellos llamaban "temblores de tierra", el bajar a dormir a las cuadras, pues  en la zona alta de las casas se notaba mucho más.



Pero siempre llegaba ese segundo temblor. Leandro Madrazo tenía 12 años, afirma que los padres y familiares adultos les hicieron bajar a dormir a las cuadras, el temor era siempre ese otro temblor por venir. Pero éste del día 16 de octubre fue el más fuerte. "... Cayeron peñascos de las montañas, también árboles y algunos de los muros de las casas...".

Parece que los daños fueron de poca importancia en edificios de buena construcción y ligeros en la mayoría de Arredondo; fueron considerables en las edificaciones débiles o más pobres; en algunas casas hubo rotura de las paredes, recuerda Carmen Gómez que a la casa de una familia conocida se les vino abajo uno de los muros y comenta con Leandro Madrazo cómo se movían los muebles.

También Carmen Gómez trae a la memoria que  "... una no se podía tener en pie, y luego cuando acabó, todos los chiquillos corríamos como locos por la calle...", en esa sensación de inestabilidad coincide con Leandro Madrazo y Ángel Silverio Ruiz, para éste último el temblor duró "... más que segundos...". No fue una mera sensación de explosión.


TESTIMONIO DE ÁNGEL SILVERIO RUIZ 

Este dato de movimientos premonitorios durante semanas y meses antes es importante, ello quiere decir que ya se estaba preparando el movimiento más fuerte de 4,9 a 5,2 que fue el último, y aunque la mayoría de la población se refugió en las zonas bajas de las edificaciones, cuadras, etc., en espera del que ya se había anunciado como una réplica, finalmente no hubo un segundo evento significativo del que haya quedado constancia. Posteriormente en los años 1987 y 1997 se detectaron dos temblores más de 3,1 y 3,4 entre Arredondo y Riba. Posiblemente se puedan asociar a la misma fuente sismogenética, aunque no hay datos ni estudios al respecto.





EN LA CALLE ARTURO LÓPEZ


Los daños a los edificios de estructura muraria bajo la acción sísmica siguen un patrón reconocido y ampliamente estudiado. Los planos murarios sometidos a esfuerzos de cortante se dañan en fisuras características en forma de aspa o X, mientras fuera de plano las estructuras murarias sufren deriva y pérdida de enlace con los muros de arrostramiento perpendicular. 

El cerramiento entra en carga resistiendo los esfuerzos horizontales de la estructura, por lo que muestra los mismos mecanismos de daño que las estructuras murarias, fallando por cortante con grietas también en forma de aspa. Los fallos por cortante en forma de aspa o cruz parece que muestran este proceso también en una edificación de la calle Arturo López. Su dirección también es aproximadamente N-S.


IGLESIA DE SAN PEDRO EN RIBA, SUS CONTRAFUERTES Y SILLARES MUESTRAN SEÑALES DE AQUEL SISMO


DESPLOME DE UN SILLAR  DE LA PARTE
ALTA  DE  LA VENTANA EN  LA  IGLESIA
DE  SAN PEDRO EN RIBA, SE PUEDE VER
TAMBIÉN EN OTRAS DE LAS VENTANAS
CONTRAFUERTE NE ABIERTO
La Iglesia a la entrada del pueblo de Riba, en honor a San Pedro, situada a algo más de 3 km de Arredondo, muestra las grietas en el contrafuerte de la zona Norte y el desplazamiento de sillares en la parte alta de algunas de las ventanas.



CONTRAFUERTE ABIERTO (SAN  PEDRO)



Este tipo de patología suele aprecer en otros terremotos, pero a falta de un estudio profundo pueden existir otros mecanismos que también los generan, el problema es (como siempre) que no se investigan profundamente estas cuestiones.

En cualquier caso, los pocos datos y estudios existentes en la zona donde se ha dado el terremoto más grande conocido en Cantabria, reflejan que Cantabria es una comunidad autónoma con una peligrosidad sísmica muy baja dentro de la Península Ibérica.

Además, no cabe esperar que se produzcan grandes terremotos en el futuro ya que de momento, no se han identificado fallas potencialmente peligrosas ni con la longitud suficiente para superar el terremoto de Arredondo de 1938.




MÁS NOTICIAS SOBRE EL TERREMOTO DE ARREDONDO DE 1938


Pensamiento alavés: Año VII Número 1762 - 1938 Octubre 17
Noticiero de Soria: Número 5931 - 1938 octubre 24
LA TORRE DE LA IGLESIA DE LOS JESUITAS PERDIÓ LA CRUZ QUE
LA CORONABA EN EL TERREMOTO DE ARREDONDO DEL 16-X-1938
LOS DAÑOS A EDIFICACIONES VIEJAS Y POBRES FUERON NOTABLES
Hoja Oficial del Lunes: (Asociación de La Coruña) Año II Número 86 - 1938 octubre 17

EL DIARIO MONTAÑÉS, 22 DE NOVIEMBRE DE 2012

PILAR RODRÍGUEZ FONTECILLA FUE TESTIGO EN SANTANDER, VIVÍA EN LA PLAZA DE SAN JOSÉ


4. EL TERREMOTO DE REOCÍN, 7 DE ENERO DE 1965 (4,1-VII)

EL ENTIERRO DE LAS VÍCTIMAS DE LA LUCIANA, 1960

El terremoto de Reocín de 1965 fue precedido cinco años antes por una desgracia con 18 víctimas, 9 de ellas eran niños, la rotura de la presa de estériles en "La Luciana" debiera haber servido como aviso. Se estaba ya sobrepasando la capacidad del territorio para albergar los desechos de nuestras actividades, esa zona entre Torrelavega y Cartes ya estaba sometida a un estrés que acabó en catástrofe y que no se supo evaluar. Cinco años después manifestó otro episodio que pudo ser aún peor.


El terremoto de 1965 fue ampliamente sentido por la población de Santander, muchos se asustaron y salieron de los edificios, hubo muchas llamadas a protección civil. En Torrelavega hubo gente que salió lanzada, fue especialmente fuerte, hubo daños en viviendas, grietas, caídas de mobiliario, etc., la gente salió despavorida de sus casas. La peor parte se la llevó Reocín, una galería de las minas colapsó, lo que produjo un "efecto dominó" que se llevó otras galerías con ella, lo que contribuyó al hundimiento instantáneo de más de 300 casas. No hubo muertos "de milagro" pero sí hubo heridos y enormes daños materiales además en las infraestructuras. La Vanguardia Española recogió detalladamente la noticia. La catástrofe fue portada de ABC el sábado 9 de enero de 1965.

LA NOTICIA EN LA VANGUARDIA ESPAÑOLA DEL 8 DE ENERO DE 1965

PORTADA DEL ABC DEL 9 DE ENERO DE 1965
ALGUNAS DE LAS FOTOGRAFÍAS DE LOS DAÑOS EN LAS CASAS EN EL INTERIOR DEL ABC DEL 9 DE ENERO


Cantabria no posee grandes estudios de sismicidad, de momento tampoco los ha necesitado como en otras comunidades peninsulares o isleñas, no obstante, el hecho de haber sufrido los dos terremotos mencionados en Arredondo de 4,9-5,2 (VII) y Reocín de 4,1 (VII) durante el siglo XX, pone de manifiesto que ni siquiera la considerada zona menos sísmica de la Península Ibérica se libra de estos fenómenos naturales. En el futuro acometer en Cantabria una campaña de estudio dedicado, con el objeto de prever con un detalle más pormenorizado su potencialidad y consecuencias, no estaría de más.


5. LA LECCIÓN QUE EL TERREMOTO DE REOCÍN NOS ENSEÑÓ

En 1960 ya se debería haber aprendido una buena lección geológica cuando 18 personas, 9 de ellas niños, murieron como consecuencia de la rotura de la presa de estériles de la compañía minera que operaba en Reocín. En 1965, con el terremoto de Reocín aprendimos, aunque no la memorizamos, una buena lección: que por mucho que consideremos una zona como "no sísmica", la Naturaleza siempre estará dispuesta a demostrarnos lo contrario y darnos una sorpresa. Por lo tanto, construir viviendas encima de galerías de minas fue un error que pudo costar aún más caro de lo que costó.

Además hay que destacar como causa y efecto, el colapso por el "efecto dominó" de una zona amplia de la corteza sometida a estrés, ésta tuvo como ejes principales a las propias galerías. Distribuir el territorio acorde con la disposición natural (y en este caso también artificial) del subsuelo se fue haciendo durante el siglo XX más y más necesario, a pesar de los pocos pasos que se han dado en esa dirección desde entonces. Aún la ley del suelo de 2008 no se ha desarrollado. Tan solo Aragón ha dado tímidos pasos, pero después de una tragedia con muchas víctimas.

LA RECIENTE RECUPERACIÓN DE LAS MINAS DE REOCÍN 

Unos años después del terremoto de Reocín, en 1982, con la conocida como "crisis sísmica del 82" cuyo origen está vinculado a la Falla de Pamplona, un escenario parecido volvió a repetirse en el pueblo de Astráin y sus alrededores, muy cerca de Pamplona. En este nuevo caso de principios de los ochenta, también colapsaron galerías mineras, algunas abandonadas ya, pertenecían a la explotación de Potasas S.A., lo hicieron después de varios movimientos sísmicos muy concentrados en ese año. También hubo un "efecto dominó".



Varios edificios fueron afectados, al igual que en Reocín, primero por el propio sismo, sobre todo uno que golpeó con epicentro cercano a Puente la Reina, y segundo por el colapso de las galerías a unos 100 m de profundidad; entre los edificios más dañados estaba la bella iglesia de la villa de Astráin, los edificios resultaron muy afectados en una línea que coincidía con una galería de la que ni siquiera se tenía constancia, durante varias noches los vecinos no se atrevieron a volver a entrar en sus casas.

El autor de estas líneas ha estudiado la expansión de Cizur hacia Astráin bajo este prisma, y debido a este fenómeno hay prubas fehacientes de colapsos del terreno. Asociaciones de vecinos de la Cendea me invitaron en ocasiones a comentar estos aspectos con ellos en charlas formales organizadas por grupos de carácter cultural, son ciudadanos muy comprometidos con el rico patrimonio que sustenta su entorno; no había constancia por parte de los urbanistas de que, considerando los nuevos barrios de expansión de Pamplona en esa dirección, se hubiesen aprendido la lección.

Este último ejemplo de Astráin sumado al de Reocín, pone de manifiesto también lo mucho que tienen que cambiar la mentalidad de nuestros urbanistas a la hora de contar con el subsuelo como escenario de distrubución de las ciudades y villas. El gran fallo ha venido siendo el mismo desde el principio de los tiempos en que se ha hecho urbanismo sobre plano: se considera al terreno como una superficie, no como un volumen. Un gran error que arquitectos, urbanistas e ingenieros pocas veces solventan.

ASÍ SE VE HOY LA ZONA AFECTADA EN REOCÍN, EL ECOPARQUE DEL BESAYA
Más tarde, en los años 90 del siglo pasado, la Naturaleza se volvió a empeñar en que su violencia no se anda con miramientos en cuanto a los caprichos de distrtibución sobre plano de las actividades humanas. No perdona ni un error; esta vez la desgracia tuvo como escenario un cono de deyección. Biescas tristemente pasó a la historia como el ejemplo de lo que los urbanistas y distribuidores sectoriales de villas y ciudades no deben hacer. Hubo 87 muertos y cientos de heridos, desde entonce Aragón es la única autonomía que, aunque tímidamente avanza,  considera los riesgos geológicos a la hora de distribuir su territorio.

Un ejemplo más reciente, en pleno 2011, lo tenemos en el barrio de San Fernando de Lorca, construido sobre una auténtica caja de resonancia sísmica; una lupa capaz de duplicar y triplicar el poder destructor de las ondas sísmicas. Otra vez los criterios de expansión, en este caso de la ciudad del Sol, se hicieron sobre plano  sin tener en cuenta el volumen del terreno bajo nuestro ámbito de existencia, viéndolo como una mera superficie, igual que como se hacía en el siglo XX (San Fernando se pensó en los años 70 del siglo XX). Lo peor es que tristemente aún, en la mayoría de las autonomías y ayuntamientos se sigue viendo así: como un plano sobre el que trazar barrios enteros, áreas de recreo, polideportivos. Lorca no se escapa todavía a ello.

Pero el ser humano aprende poco, y como hemos visto en Reocín, Astráin, Biescas, Lorca y en muchas otras áreas (además de las que tristemente veremos), es necesaria una gran desgracia para que nuestros dirigentes escuchen la voz de los geólogos. El terremoto de Reocín sentó las bases, pero no nos podemos confiar excesivamente cuando designamos sobre Boletín Oficial del Estado la categoría sísmica o inundable de una zona con pocos criterios científicos, menos aún debemos construir vivendas sobre galerías susceptibles de colapsar con un sismo pequeño o mediano, tampoco sobre conos de deyección, o sobre lupas sísmicas. Lo triste es, que ahora que lo sabemos, deberíamos pensar (si esta actividad verdaderamente la practican nuestros dirigentes) que otras disposiciones urbanas o rurales, pueden suponer también el que se esté sometiendo a la población a un riesgo innecesario. Son siempre las consecuencias de no contar con la naturaleza de una geología que en España, a día de hoy, sigue siendo un capítulo de las "ciencias ocultas".

FOTOGRAFÍA DE LAS MINAS DE REOCÍN EN 1930, (FOTOGRAFÍA: CARLOS ODRIOZOLA)



6. ALGUNOS DE LOS TERREMOTOS MÁS SIGNIFICATIVOS SENTIDOS EN CANTABRIA


6.1 El terremoto de Santander del 16 de enero de 1899

EL TERREMOTO DE SANTANDER DEL 16 DE ENERO DE 1899 (J. M. MARTINEZ SOLARES, J MEZCUA, Mº DE FOMENTO)

LAS PROVINCIAS 17 DE ENERO DE 1899

LO SOMATENT 18 DE ENERO DE 1899
LA RIOJA, 17 Y 18 DE ENERO DE 1899


Nótese que en el terremoto del día 16 de enero de 1899 las zonas más afectadas en Santander capital, son prácticamente las mismas que casi 40 años después que con el terremoto de Arredondo de 1938 mostrarán los mismos desperfectos; toda una lección de geofísica de los efectos sísmicos sobre las edificaciones en algunas circunscripciones de la ciudad de Santander y la distribución de su subsuelo, topografía, y posibles efectos de resonancia, efectos locales, y otros detalles que suponen un importante reto para las futuras ordenaciones de la ciudad.



6.2 El episodio sísmico de julio de 1902


EN EL CATÁLOGO DE JOSÉ GALBÍS, TOMO I ENCONTRAMOS ESTA REFERENCIA DE 1902 DE "LA NATURE"


6.3 El terremoto de Orduente del 18 de diciembre de 1966

Uno de los terremotos que más estremició a la población de Bilbao, Laredo, Santoña, Colindres, Castro Urdiales, etc., e incluso se notó en Santander (ese testimonio lo tengo de primera mano directamente de  la percepción de mi madre) se produjo el 18 de diciembre de 1966 con epicentro en las inmediaciones del pantano de Ordunte, en la provincia de Burgos, su magnitud de 4,4 alcanzó una intensidad de VI. Fue motivo de alarma de las poblaciones costeras de Vizcaya y Cantabria, a la sazón provincia de Santander; mi madre siempre me dice que me llevaba al pediatra cuando se llevó el susto y mucha gente en la ciudad de Santander salió a la calle. Hay un mapa de isosistas en el IGN que muestra el impacto de este evento en las poblaciones de Cantabria y Vizcaya, especialmente en las  de la costa.

LÍNEAS ISOSISTAS DEL TERREMOTO DE ORDUNTE DE 1966 (IGN)


EL PANTANO DE ORDUNTE EN BURGOS


6.4 El terremoto de San Roque del 8 de julio de 2013

De este terremoto yo mismo fui testigo y me desplacé hasta la zona epicentral ese mismo día para escuchar los testimonios de los afectados; en Loredo (Ribanomtán al Mar), donde yo me encontraba ese día se escuchó un zumbido y vibraron las paredes de mi casa, duró unos dos o tres segundos, eran las 6 h de la mañana, me acababa de despertar y estaba leyendo.

EPICENTRO DEL DÍA 8 DE JULIO DE 2013 AL SE DE SAN ROQUE DE RIOMIERA
EPICENTRO DEL DÍA 8 DE JULIO DE 2013 AL SE DE SAN ROQUE DE RIOMIERA


6.5 El episodio sísmico de noviembre de 2015

Con motivo del episodio sísmico de noviembre de 2015 se amplía información. Se registraron cuatro seísmos con intensidades de I a III en la zona oriental de Cantabria y occidental de Bizkaia.

TERREMOTOS REGISTRADOS ENTRE EL 1 Y EL 17 DE NOVIEMBRE DE 2015
El terremoto del día 9 de noviembre de 2015 causó algún desperfecto leve en la zona de Muskiz en Bizkaia.



EL TERREMOTO DEL 9 DE NOVIEMBRE DE 2015 (MUSKIZ, BIZKAIA)



6.6 Tabla resumen y localización de los terremotos más significativos con epicentros en Cantabria


HISTÓRICO DE TERREMOTOS CON EPICENTROS EN CANTABRIA
------------------------------------

EL DIARIO MONTAÑÉS, 10 DE NOVIEMBRE DE 2015



7. CANTABRIA: ARREDONDO Y RAMALES, CUEVAS PREHISTÓRICAS PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD (UNESCO)

Las cuevas de arte rupestre paleolítico de Cantabria, el Principado de Asturias y el País Vasco, son ya oficialmente, Patrimonio de la Humanidad. Así lo decidió la UNESCO en el marco de la 32 Conferencia del Comité del Patrimonio Mundial que se celebró en Québec en 2008, aceptó catalogar la candidatura conjunta de las tres comunidades autónomas como fórmula incluida dentro de la ampliación de la declaración de las Cuevas de Altamira, conseguida en el año 1985.

La comarca del Asón, gracias a su Plan de Dinamización Turística, lleva realizando durante los últimos años una importante campaña de promoción, centrando sus esfuerzos principales en el diseño, gestión y comercialización de un nuevo producto turístico: "La Red de Cuevas del Alto Asón".

El objetivo de esta actuación es el desarrollo de una oferta de servicios turísticos profesionalizados y de calidad, a partir de las potencialidades que presenta la comarca, y en el ánimo de conseguir un desarrollo turístico sostenible y equilibrado, aglutinando toda la oferta complementaria del Alto Asón en torno al patrimonio subterráneo, su verdadero elemento diferenciador y competitivo. La creación de este producto ha estado presidido en todo momento por los criterios de respeto al medio natural y seguridad del visitante.
 
El municipio de Arredondo tiene un valisosísimo patrimonio subterráneo teniendo varios de los sistemas de cuevas más valiosas de Cantabria y de entre los más importantes de España. Esta comarca está situada sobre una maraña de cavidades que convierten el Alto Asón en un "gran queso de gruyére". Esto hace de Arredondo un paraíso para los espeleólogos, atrae a personas de todas las geografías en busca de aventuras subterráneas. Covalanas, cerca de Ramales, fue descubierta en 1903 y contiene manifestaciones que datan de hace 20.000 años, anteriores a Altamira y a la última glaciación, en ella se pueden ver pinturas de uros.
 
Posee dos galerías que comparten una zona de abrigo exterior. Destaca por contar con un importante conjunto de pinturas rupestres de figuras rojas, situadas en la galería de la derecha. Poseen un gran tamaño y 18 de estas representaciones son ciervas, aunque también hay un ciervo, un caballo, un uro y una figura de tipo híbrido, tres signos rectangulares y pequeños puntos y lineas. Las figuras se caracterizan por el trazado mediante contorno punteado realizado con los dedos. Imaginar este arte hace 20.000 años, antes de la expansión de los hielos es sobrecogedor.

La peculiar situación en la que está situada Cantabria hacen de ella un lugar idóneo para poder observar los asentamientos de los hombres primitivos de hace decenas de miles de años. Estos representaron su arte en las cuevas, mostrando figuras de diversos animales de la época (bisontes, caballos, cabras, ciervos, uros y bóvidos), también sus manos y otros muchos grabados que hoy no acertamos a comprender. También se han podido encontrar restos de animales como osos, restos de flechas y diverso material que se puede encontrar en su gran mayoría en el Museo Regional de Prehistoria y Arqueología de Cantabria.

COVENTOSA

1 comentario:

Antonio Odriozola dijo...

Muy buen trabajo, muy documentado, como siempre. Voy a tener que trasladarme a Cantabria, que en Granada no gana uno para sustos. Me voy de fin de semana y tienen dos sacudidas.
Eso sí, no me instalaré en Arredondo aunque la mitad de mi familia procede de allí, y algún pariente aún tiene la residencia.
Saludos