lunes, 6 de mayo de 2013

DE SANGÜESA 1612 A PAMPLONA 2013: EL AÑO DE LOS TERREMOTOS ¿Y LAS LECCIONES APRENDIDAS?



FEBRERO-JUNIO DE 2013: "EL AÑO DE LOS TERREMOTOS"

En 1612 un significativo episodio de varios terremotos tuvo lugar entre Sangüesa y Pamplona durante varios días. La impresión dejada en aquellos hombres de principios del XVII, y el reflejo de lo que pudo acontecer, es demasiado contundente como para pasar desapercibido. Aún así no está recogido en los catálogos oficiales.

Entonces el bando municipal propuso a los vecinos, como el mejor de los remedios, acudir a Dios nuestro Señor, con gran devoción, para que, usando de su misericordia divina, librara al pueblo de su aflicción. ¿Qué vamos a hacer nosotros en pleno siglo XXI?



RECAPITULACIÓN SOBRE LA SISMICIDAD NAVARRA EN 2013 (EiTB)



1. INTRODUCCIÓN

Navarra ha registrado casi 400 terremotos desde que comenzó 2013, los medios han estado volcados con el fenómeno sísmico desde el principio del ya denominado "año de los terremotos", a estas alturas prácticamente toda la población sabe que está incluida en la tercera zona más sísmica de Iberia, todo el mundo habla de la "Falla de Pamplona". Muchos hemos experimentado el impacto de alguno de los tres terremotos más fuertes de los días 21 de marzo, 23 de marzo ó 20 de abril. En total en los barrios del sur y en las localidades del sur y del oeste más de una treintena han sido bien sentidos.

Pero verdaderamente ¿hemos aprendido algo? ¿Ha servido para fortalecernos? ¿Ha tenido el interés científico y no sólo mediático que merece? La sismicidad no es algo exótico con lo que pasar el tiempo o rellenar artículos de periódicos locales, regocijarse en un fenómeno incontrolable o sorprenderse con su poder. Está claro que han surgido muy interesantes iniciativas parlamentarias como revisar los códigos urbanísticos, la pedagogía sísmica y las inspecciones técnicas de edificios, pero aún no se ha materializado ninguna. Las promesas de una investigación seria han quedado olvidadas.

Ni siquiera se ha podido obtener un apoyo oficial explícito para estudiar el fenómeno hidrosísmico, a pesar de que las evidencias sean manifiestas en un año sin precedentes históricos en lo que a pluviometría se refiere, aún hay quien se resiste a tener que cambiar sus criterios y clichés heredados, los paradigmas consolidados pesan como losas ante las nuevas observaciones, a lo sumo pueden verse como enigmáticas, pero el espíritu de comodidad que nos acompaña es tan falto de valentía y arrojo como para dejar pasar un episodio tan interesante y molesto a la vez. 

El hecho de que los terremotos estén vinculados a los depósitos salinos y a sus fallas asociadas, y de que la conocida ecuación agua + sales = inestabilidades se haya comprobado incluso en la Falla de Etxauri, ha sido insuficiente para despertar a nuestros dirigentes a la realidad de un hecho que va a pasar a la historia sin ser investigado a fondo por falta de interés y presupuesto que sí se desvía hacia otras partidas lucrativas en beneficios propios. La especulación, el cortoplacismo, la corrupción, son enemigas del avance de la sociedad, la cultura es una de sus primeras víctimas, así volveremos a caer en la amnesia sísmica y no saldremos más fortalecidos, más sabios y más seguros de la experiencia. Son tiempos de muy baja resiliencia, a pesar de que las pruebas, los medios, algunos científicos, y sobre todo la Naturaleza, se empeñen una y otra vez en recordarnos la fuerza y el vasto poder del subsuelo que nos sustenta.

El Plan Territorial de Protección Civil de Navarra (PLATENA), en el marco competencial que el ordenamiento jurídico atribuyó a la Comunidad Foral, previó específicamente la necesidad de elaborar un plan autonómico para hacer frente al riesgo derivado de los terremotos dentro del territorio de Navarra; aunque como tercera zona sísmica de Iberia, existen áreas físicas de la geografía foral cuya importancia y trascendencia están muy por encima de generalidades debido a la demografía, la concentración de sectores productivos, industria, patrimonio, etc. Sin duda, el área principal es la Cuenca de Pamplona.

Se justificó por tanto, la necesidad de disponer en la Comunidad Foral del "Plan Especial de Protección Civil ante el Riesgo Sísmico en Navarra" (el SISNA) que asegurase la intervención eficaz y coordinada de los recursos y medios disponibles, con el fin de limitar las consecuencias de los posibles terremotos que se puedan producir y afectasen a las personas, los bienes y el medioambiente. El organigrama del plan es magnífico y la estructuración acorde con la realidad sísmica y social, ahora bien la presentación de datos de la sismicidad histórica es confusa y carente de los datos importantes, por ello subestima el riesgo sísmico de la zona más relevante de Navarra, la que aglutina al 60% de la población: la cuenca de Pamplona.

FIGURA 1: DIARIO DE NAVARRA: 29 DE ABRIL DE 2013, 8 TERREMOTOS EN 72 HORAS



2. NORMATIVA Y SOCIEDAD

La norma de construcción sismorresistente española (NCSE02) incluye un listado con un total de 2.618 localidades situadas en zonas con riesgo sísmico, de ellas 724 concentran a más de 5.000 habitantes; en total suponen una población de más de 20 millones de personas, prácticamente la mitad de la población de España. 

No obstante, a pesar de ser España un país sísmico, no existe una conciencia histórica de élite sectorial o altura científica, tampoco popular ni universitaria sobre el riesgo sísmico y su importancia. El largo tiempo transcurrido, casi 130 años, desde el catastrófico terremoto de Andalucía con 1.200 muertos y una destrucción que llegó al grado X, ha conformado nuestra amnesia sísmica

Durante este tiempo hemos pasado de unos 16 millones de personas viviendo fundamentalmente en un ambiente rural e inmóvil, a 47 millones predominantemente urbanos y de alta movilidad. Ahí es donde radica el mayor peligro, mucho más ahora que antes; y es que la historia de España (salvando este lapso de 130 años justo a la entrada de la modernidad) en los últimos siete siglos, está repleta de ejemplos de terremotos destructivos con intensidades por encima de VIII en la escala Mercalli (por encima de 5 a 6 en la de Richter). 

Por ello la amnesia sísmica de la población y de nuestros dirigentes parece dominar sobre los esporádicos brotes de interés cuando algo como lo de l'Aquila, Lorca, Ferrara o la frecuencia sísmica de Pamplona de 2013 nos levanta de nuestros sillones, nos hace reflexionar y el país se llena de expertos geólogos, arquitectos e ingenieros de bar.

FIGURA 2: ALGUNOS DE LOS EPICENTROS MÁS SENTIDOS EN LA CAPITAL PAMPLONA ENTRE FEBRERO Y ABRIL DE 2013


3. NAVARRA, LA CUENCA DE PAMPLONA Y LA SEGURIDAD SÍSMICA

Al igual que España entera, Navarra también ha olvidado la realidad del suelo sobre el que vive, Pamplona fue escenario de un terremoto múltiple el 10 de marzo de 1903 cuando 30.000 personas habitaban en la cuenca de Pamplona en caseríos desperdigados, aún el hormigón casi no había hecho su aparición; hoy domina el paisaje urbano. Los últimos acontecimientos también han llenado los bares de "expertos", se ha hecho habitual escuchar conversaciones en torno a los terremotos vividos en los primeros meses de 2013. No han dejado a la población indiferente, son muchos los que ya tienen una explicación, otros los tratan con respeto, miedo...

Fue a partir de datos históricos que se pudo llegar a conocer mejor aquel episodio de 1903 de la historia de Pamplona y que los terremotos de 2013 han desempolvado para deleite de historiadores y sorpresa de la población en general. Teniendo en cuenta las observaciones de los científicos así como las reportadas por D. Salvador Calderón y Arana, Sánchez-Navarro-Neumann, los pocos datos recogidos en catálogos como el de José Galbis, además de las observaciones de los testigos de varias de las localidades afectadas en aquel 1903, quizás deberíamos otorgar una mayor importancia a este fenómeno natural que la que actualmente le asignamos en la propia cuenca.

En principio a este evento histórico de hace 110 años ya lo hemos adoptado como parte de nuestra historia, pero ha hecho falta una gran inversión de tiempo, dinero y amor al arte para recuperarlo de la memoria perdida. Su importancia no se queda exclusivamente en anécdota histórica, va mucho más allá.

La escala de Mercalli modificada (figura 3) por ejemplo, nos indica que los daños considerables en edificios pobres pertenecen a la intensidad VII. El terremoto de Pamplona de 1903 ha venido siendo catalogado como de intensidad VI con un sólo evento situado cerca de Badostáin. Sin embargo Pamplona estuvo recibiendo impactos durante tres horas desde diversas circunscripciones, Navarra y Guipúzcoa durante varios días estuvieron inmersas en una recurrente actividad sísmica que creíamos inusual, pero estudiando el legado histórico de quienes lo vivieron, parece que un patrón común subyace en la tiplogía sísmica.


FIGURA 3: ESCALA DE MARCALLI MODIFICADA

Por lo tanto, las afirmaciones hechas por varios de los científicos y testigos: "... No han ocurrido desgracias personales, pero se han cuarteado algunas casas viejas de un modo alarmante..." podrían entrar dentro de esa categoría VI-VII. Esto puede ser transcendental desde el punto de vista de la seguridad sísmica de la ciudad de Pamplona, porque este evento sísmico se ha podido subestimar en relación a no haberlo considerado en los inputs realizados para la confección del PLAN ESPECIAL DE PROTECCIÓN CIVIL ANTE EL RIESGO SÍSMICO  EN NAVARRA (SISNA).

Y es que en este magnífico trabajo enfocado a la seguridad sísmica de Navarra, que data de de febrero de 2011, generalizado para toda la Comunidad Foral, tienen un peso específico importante los terremotos que hayan brotado en terreno navarro con intensidades mayores de VIII o magnitudes mbLg mayores de 4,5.  El terremoto de Pamplona de 1903 no aporta circunstancia alguna relevante como sí lo hace por ejemplo el que los autores del SISNA denominan "el terremoto de mayor magnitud ocurrido en territorio navarro" (SISNA página 14) que según ellos fue el del 18 de Septiembre de 2004, con epicentro al NE de Lizoaín y magnitud mbLg 4,5.

Se trata una vez más de una pérdida histórica posiblemente influyente que no puede pasarse por alto (he ahí uno más de los recurrentes problemas en los equipos técnicos sin historiadores), además de ser injusta con la sismicidad navarra en general y en particular con la cuenca de Pamplona, pues encierra no uno, sino dos posibles errores históricos por defecto.

Primero: el terremoto más fuerte no es de 2004, sino de 1998; es el conocido como terremoto de Lizarraga del 27 de octubre de 1998 (mb 5,2); este evento sigue siendo muy conocido en círculos de expertos por haber sido durante 12 años la medalla de oro de los sismos ibéricos desde que opera la red analógica nacional e internacional. Cualquier persona familiarizada con la sismicidad ibérica conoce de sobra la relevancia del terremoto de Lizarraga de 1998, veremos más abajo cómo algunos departamentos franceses lo han incorporado a su normativa sectorial y departamental.

Hoy, ese terremoto histórico, es precisamente el segundo más contundente y enérgico de la era analógica en red que funciona desde 1985 en la Península Ibérica, detrás del de Lecrín (Granada) que lo desbancó de lo alto del podio en 2010 con una magnitud mbLg de 6,2. El terremoto de Lizarraga de 1998 no fue de magnitud mbLg 4,5 sino como hemos apuntado de 5,2. En ese tiempo (12 años) que transcurre desde 1998 hasta 2010, fue Navarra la que permaneció a la cabeza de los terremotos ibéricos desde el despliegue de la red analógica (ver el apartado 5.1 sobre este terremoto en mi artículo dedicado a la "sismicidad en los Pirineos Occidentales, Álava, Guipúzcoa y Navarra").

Segundo: otro aspecto es que sí hay un terremoto de igual magnitud (o mayor dependiendo de la escala escogida), y que debiera ser una referencia mucho más importante por afectar directamente a la cuenca de Pamplona, pero paradójicamente no aparece explícitamente contemplado en el SISNA (es probable que lo haga como herencia del trabajo de la consultoría Prospección e Ingeniería de 1992 "Estudio Sísmico de Navarra" pero en el SISNA no se habla de él), además es de más duración y algo más cercano a la capital, Pamplona: es el terremoto de Legarda del 22 de mayo de 1982, quizás el más sentido, recordado, comentado, estudiado y cacareado por los pamploneses que lo vivieron, pues fue ampliamente notado en aquella Pamplona de 1982 con 175.000 habitantes (la mitad que hoy) donde las torres (los denominados "rascacielos") de Barañáin se hicieron famosas por sus balanceos de hasta 7 cm. Un mes después volvió a temblar la ciudad con sismos recurrentes.

El rigor del investigador de la sismicidad histórica, que es al fin y al cabo un geohistoriador, debe ser cristalino, y debe tener muy claros los sistemas de búsqueda de las fuentes (heurística) y así, una vez hallados los datos, podrá operar con ellos con una sana crítica interpretativa (hermeneútica) sea ésta científica y/o dialéctica. Semejante rigurosidad histórica es nada más y nada menos que la base de la normativa sectorial, de ello van a depender las construcciones de edificios, infraestructuras, embalses, centrales energéticas, nucleares...

Los autores de ese estudio realizado en febrero de 2011 para garantizar en lo posible la seguridad sísmica de Navarra (SISNA) manifiestan por enésima vez esa típica falta de datos históricos de los equipos de científicos y técnicos de los que los historiadores (pioneros de la investigación sísmica) han sido expulsados, llegando a afirmar: "... En Navarra, los terremotos registrados en el último siglo han alcanzado magnitudes moderadas nunca superiores a Mw = 5..." (SISNA página 14) lo cual como hemos visto es un posible error de percepción histórica que subestima el impacto de los terremotos navarros, especialmente en la zona más vulnerable por la cantidad de personas que vivimos hoy en ella: la cuenca de Pamplona.

FIGURA 4: PAMPLONA DESDE EL FRENTE DE LA MAGADALENA, ENTRE 1910 Y 1920 (FUENTE: J.M. CÍA 1999)

Está claro que estos trabajos transcendentales deben ser realizados por equipos conocedores de la historia local, de la peculiar sismicidad navarra y en especial de la cuenca, además de haber dispuesto de al menos un historiador, figura fundamental (nunca nos cansaremos de afirmarlo) para sentar las bases de una correcta distribución del territorio y normativa sectorial mirando al siglo XXI. Si no es así y siempre lo vemos en los equipos exclusivamente técnicos, el desenlace es imperecederamente el mismo: grandes confusiones con errores notables, bajo nivel en los resultados y un coste económico y social que aún estaría por determinar.

El terremoto de Legarda de mayo de 1982 por un lado y el de Lizarraga de 1998 por otro, son ambos motivos históricos suficientes como para proponer una revisión al menos histórica del SISNA y un análisis especial dedicado a un área metropolitana que aglutina al 60% de la población de Navarra (cerca de 350.000 personas). Además si esta investigación histórica del terremoto de 1903 es considerada a partir de ahora, ya serían tres los acontecimientos geohistóricos que en un siglo nos acercan a una visión más realista de la cuestión sísmica navarra, en especial de la cuenca de Pamplona. Asimismo la similitud y paralelismos encontrados en los tres eventos, en especial los de 1903 y 1982, nos hacen pensar en que estemos ante la primera oportunidad histórica de intimar (primer paso para un trato cercano) y "tutear" al carácter singular de la sismicidad de la cuenca.

Por otro lado, en esta cuestión tenemos una gran ventaja con respecto a otras zonas de la Península Ibérica, podemos recabar información de nuestros vecinos del norte, que además de interesarse y estudiar más profundamente el tema (un 400% más de inversión en estudios de impacto sísmico), disponen de diferentes servicios que operan en Francia como la red ReNASS, el ISARD, el emsc, etc., recopilando información que se puede ver resumida en catálogos (algunos incluso editados en castellano) y que por ejemplo achacan a los terremotos de Lizoáin y Nagore de septiembre de 2004 magnitudes de 5,3 y 5,2 respectivamente. Fuentes afortunadamente muy cercanas y de las que otras comunidades más alejadas de Francia no disponen, no considerarlas sería otro craso error, pues por si era poca su cercanía geográfica, además la que denominan la "Navarra española" está contemplada en varios de sus estudios.

En efecto, un ejemplo lo podemos obtener de la seria consideración gala frente el enérgico evento de Lizarraga en el "Dossier Départemental des Risques Majeurs Cellule d’Analyse du Risque et de l’Information Préventive de la PRÉFECTURE DES PYRÉNÉES-ATLANTIQUES de la République Française" (página 46) que data de 2003, un año anterior a los terremotos de Lizoáin y Nagore; dice: "... El departamento de los Pirineos Atlánticos puede ser golpeado por terremotos que no tengan lugar dentro del propio departamento. De hecho, los Altos Pirineos (65) también han experimentado fuertes seísmos. Por ejemplo, la región de Pamplona (Navarra española) es el lugar de una actividad sísmica significativa (magnitud 5, el 27/10/1998). Estos lugares con seísmos cerca de la frontera pueden causar perturbaciones y daños en el propio departamento...". 

Como vemos, los franceses del departamento de los Altos Pirineos (65) consideran al menos desde 2003 a la zona de Pamplona "una zona de actividad sísmica significativa", y en especial al terremoto de Lizarraga como potencialmente dañino en su propio territorio. Mientras tanto, en el SISNA de febrero de 2011 (página 11) se afirma: "... La baja sismicidad de Navarra explica que el tema del riesgo sísmico no haya recibido tanta atención por parte de la comunidad científica, como otros riesgos naturales...". 

Por lo tanto, vemos que el estudio y consideración de estos fenómenos naturales tiene dos perspectivas: una desde el norte (Francia) que considera desde 2003 al terremoto de Lizarraga como una referencia importante en un contexto de "actividad sísmica significativa" (la región de Pamplona en la Navarra española); y otra desde el sur (España) que cree que Navarra al completo es una zona de "baja actividad sísmica" y que el terremoto de Lizarraga no es una referencia importante.

Lo paradójico es que el optimismo del sur es inversamente proporcional a la inversión en el estudio de estos fenómenos. Francia dedica un 400% más que nosotros a este tipo de investigación, la cual es proporcional a las medidas de seguridad reflejadas en las expectativas de sus normas, el optimismo, vemos, también es proporcional a la falta de inversión. En los equipos franceses de estudio de la sismicidad hay historiadores. Un resumen de la diferente consideración incluso pensando exclusivamente en Navarra se puede ver en la siguiente tabla resumen comparativa.

TABLA RESUMEN COMPARATIVA DE LOS PLANES DE SEGURIDAD SÍSMICA QUE ATAÑEN A NAVARRA (SISNA) Y AL DEPARTAMENTO DE LOS PIRINEOS ALÁNTICOS (PDPA)

Además, esa magnitud apuntada anteriormente (mbLg 4,5 en Lizoáin 2004) que como hemos afirmado, se alcanzó asimismo en Legarda el 22 de mayo de 1982, demuestra que hay antecedentes históricos bastante más cercanos a la capital Pamplona (a unos 15 km), como bien afirman nuestros vecinos franceses; aquel 22 de mayo de 1982 se produjo en un episodio con réplicas importantes, bastante parecido a este fenómeno estudiado en perspectiva histórica de 1903 y con una trepidación principal de unos 20 segundos de duración, algo que también llamaría la atención de los científicos de aquella época, como subrayó entonces D. Salvador Calderón y Arana con el terremoto de 1903; ahora, después de estudiarlo a fondo, vemos que guarda un paralelismo significativo con el de 1982. Algo también que por otra parte nos lleva a seguir pensando en que la cuenca de Pamplona ha mostrado una sismicidad cuyo peculiar "carácter personal" de tipo múltiple y repetitivo, comenzamos a conocer y valorar.


4. CONCLUSIONES: EN NAVARRA LA CIENCIA Y LA CONCIENCIA SÍSMICA ESTÁN AUSENTES DE LA CULTURA HISTÓRICA, INSTITUCIONAL, SECTORIAL Y POPULAR


Es significativo el hecho de que la memoria histórica de los terremotos en Navarra llegue apenas a los dos siglos y medio, un espacio de tiempo irrisorio en lo que a los tiempos de la Geología se refiere. Prueba de ello es que el primer terremoto navarro que aparece en los catálogos oficiales del IGN es el del 15 de noviembre de 1755 en Sangüesa al que se le adjudica intensidad V-VI. No habían pasado ni dos semanas del tremendo terremoto jamás conocido por Europa: el de Lisboa del 1 de noviembre de 1755, bien sentido en toda la península y cuyos efectos llegaron hasta el norte del continente.

Esta falta de diálogo sectorial con los historiadores es la que ya ha demostrado en l'Aquila, Emilia, Lorca, que caer en la amnesia sísmica puede ser catastrófico al pasar los siglos sin contemplar la herencia cultural con respecto al medio que vivimos, que nos transmiten nuestros antepasados.

Un claro ejemplo lo tenemos precisamente aquí en Navarra, y es más, en la mismísima Sangüesa, primera ciudad en los registros históricos oficiales (15-11-1755) golpeada por un terremoto. Sin embargo, los estudiosos de la historia religiosa, apuntan a un acontecimiento mucho más espectacular que el mero V-VI acontecido un siglo y medio antes, precisamente en esa localidad, algo que nunca ha computado en los catálogos de la sismicidad navarra y por supuesto en los protocolos y normativas urbanísticas o sectoriales navarras.

En 1612, un significativo episodio de varios terremotos tuvo lugar en Sangüesa y también en Pamplona (figura 7), este fenómeno no está recogido en las bases históricas del SISNA, pero su contundencia y el reflejo de lo que pudo acontecer es demasiado plástico y evidente como para pasar desapercibido, el trabajo es: "El Ayuntamiento de Sangüesa (Navarra) y algunos cultos religiosos (The town hall of Sangüesa [Navarre] and some religious cults)" de Juan Cruz Labeaga Mendiola.


Sangüesa 1612: 

El 4 de agosto y siguientes ocurrieron en la localidad grandes terremotos, ruidos y movimientos de tierra que hicieron temblar los edificios. La gente quedó afligida y temerosa, creyendo que era un presagio de otra catástrofe mayor, castigo de los pecados públicos y escandalosos. El bando municipal propuso a los vecinos, como el mejor de los remedios, acudir a Dios Nuestro Señor, con gran devoción, para que usando de su misericordia divina, librara al pueblo de su aflicción. 

Determinaron los corporativos las procesiones y actos religiosos que debían celebrarse en cada iglesia y algunas medidas como la prohibición de tocar instrumentos musicales, jugar a todo tipo de juegos y hacer sacrificios, oraciones y ayunos. Estos dos pregones municipales manifiestan claramente la mentalidad de la época y en particular la de su redactor, un secretario de Ayuntamiento metido a predicador y moralista:

“... El alcalde y regidores hacemos saber que en esta villa y sus términos ha havido muy grandes terremotos, ruidos y movimientos de la tierra con demostración y amenazas de muy grande ruina, y particularmente hoy día sábado, fiesta de Santo Domingo. Por la mañana ha habido mayor terremoto que nunca, en que se han movido todos los edificios y fábricas, que, por ser tan grande y general, ha quedado toda la república muy afligida y desconsolada. 

Y porque el remedio de cosas de esta condición no lo hay tan cierto y verdadero como acudir a Dios Nuestro Señor, con grande devoción, a suplicalle sea servido de socorrer, con su auxilio y amparo, usando de su divina misericordia, y porque esto sea con la devoción que es justo, se harán por la tarde procesiones cada uno por su parroquia, y mañana domingo una procesión general saldrá de la parroquia de Santa María, a donde habrá oficio solemne. 

Y a todos se les manda acudir al tenor de las campanas a procesiones y misa con muy grande reverencia y deboción, suplicando al Señor sea servido usar de su divina misericordia, y amparándonos en su divina gracia dándonos aquello que fuese para su santo servicio. 

Dada en Sangüesa, a 4 de agosto de 1612..."



"... A todos es notorio los terremotos que ha habido y hay todos los días y hoy miércoles particularmente, que continúan tan de ordinario, que parescen que no han seido y son apercibimientos de alguna grande y peligrosa ruina que ha de haber por castigo de nuestros pecados, cometidos contra la divina majestad de Dios Nuestro Señor. 

Y porque paresce que para remedio deste tan grande y general daño ninguno habrá más a propósito como es procurar ebitar los pecados, mayormente los públicos y escandalosos, con que Dios Nuestro Señor más se ofende y la república más se escandaliza, que así a todos se les manda lo hagan evitando evitándolos. 

Y a todos se les manda que de día ni de noche no tañan guitarra, ni anden con otro ningún instrumento que cause alboroto ni regocijo, ni de noche ni de día. En los campos no anden boceando ni echando pullas, ni diciendo gracias, ni en público ni en secreto nayde juegue a nengún género de juego, porque es justo que en tiempo de tanto peligro todo cese. 

Y porque a causa de los grandes temblores y terremotos toda la gente está afligida, y para su consuelo y remedio de tan gran daño, los Muy Ilustres Señores Prior y Cabildo de esta villa, como tan celosos del bien y aprovechamiento de toda esta villa, con muy particular cuidado en sus sacrificios y oraciones, encomiendan a todos a Dios Nuestro Señor, suplicando a su Divina Majestad sea serbido de librar a este pueblo de tan grande afligimiento, con cuyo amor, como de padres espirituales, no cansándose de amparar a su pueblo, todos los días de aquí al sábado, al tiempo de la misa conventual, se sacará el Santísimo Sacramento, y harán sus preces y rogativas cada uno en su parroquia, se tañerán las campanas. 

Y asimismo el viernes primero se harán procesiones cada parroquia a su monasterio a las cinco de la tarde. Y el domingo primero procesión general con oficio solemne en la iglesia de San Salvador, a donde habrá sermón. A todos se les ruega y exorta que los que pudieren el viernes y sábado ayunen, y si se confesaren y comulgaren, será más a propósito. Y todos, con la mayor devoción que pudieren en sus oraciones, supliquen a Dios Nuestro Señor que con su divino auxilio y socorro ampare y socorra a esta república en el presente peligro en que se ve. Y para que esto venga a noticia de todos, se manda publicar por las calles y cantones de esta villa a son de trompeta y voz de pregón. 

Dada en Sangüesa, a 8 de agosto de 1612...".
FIGURA 5: La iglesia de Santa María la Real de Sangüesa, a pesar de haber sido restaurada en varias actuaciones aún es testigo de aquellos acontecimientos de 1612 y 1755. Declarada Monumento Nacional en 1889, fue construida entre los siglos XII y XIV y su estilo corresponde a la transición del románico al gótico. Presenta tres naves con crucero y torre octogonal, y su interior nos sorprenderá con otros atractivos como el retablo mayor, de estilo plateresco y una rica custodia procesional gótica. Tras cruzar el férreo puente sobre el río Aragón, Santa María la Real de Sangüesa nos da la bienvenida a esta localidad de la Zona Media occidental de Navarra. Se erigió en siglo XII, en uno de los extremos de la rúa Mayor, por orden de Alfonso I el Batallador, rey de Navarra y Aragón. Iglesia de medianas proporciones, este bello ejemplo del arte románico ha tenido a lo largo de la historia no sólo fines litúrgicos, sino también función defensiva y refugio después de las catástrofes sísmicas, también especialmente durante las guerras civiles del siglo XIX.

FIGURA 6: "LOS TERREMOTOS" EN LA CIUDAD DE SANGÜESA, ÉSTA GUARDA EN SU TOPONIMIA EL RECUERDO Y EL LUGAR DE AQUELLOS ACONTECIMIENTOS Y BUENA PARTE DE LOS NOMBRES ASOCIADOS A ELLOS, ES DE DESTACAR EL RESISTENTE VALOR GEOTÉCNICO ADJUDICADO A "ROCAFORTE" QUE SEGURAMENTE PARA ENTONCES YA ERA ALGO CONOCIDO. FUENTE Y AGRADECIMIENTOS AL ESTUDIOSO DE LA TOPONIMIA MIKEL BELASCO.

FIGURA 7: EN EL LIBRO "HISTORIA DE LA VIDA Y HECHOS DEL ÍNCLITO MONARCA DON FELIPE TERCERO" CAPÍTULO LXI, OBRA POSTHUMA DEL MAESTRO GIL GONZALEZ DAVILA CRONISTA DE LOS SEÑORES REYES D. FELIPE III Y IV Y MAYOR DE LAS DOS CASTILLAS Y DE LAS INDIAS, SE RECOGE UN TEMBLOR MÚLTIPLE EN PAMPLONA Y SANGÜESA. LA ASOCIACIÓN AL EVENTO ANTERIOR ES CONFUSA Y DIFÍCIL DE CONTRASTAR. EN EL MISMO TRATADO, VUELVE A TEMBLAR PAMPLONA Y EL REYNO DE NAVARRA EN 1634, PERO LA MEZCLA DE LUGARES Y NOMBRES ES YA TAN CAÓTICA QUE ES MUY DIFÍCIL EL DAR CON LA FECHA O LOCALIDAD AFECTADA EXACTA. AGRADECIMIENTOS AL ESTUDIOSO DE LA TOPONIMIA MIKEL BELASCO.

FIGURA 8: COMPARATIVA DE LOS TERREMOTOS
MÁS SIGNIFICATIVOS DE LAS CRISIS SÍSMICAS DE
 2004 INDUCIDA POR EL LLENADO DE ITOIZ Y DE 2013:
HIDROSISMICIDAD EN LA SIERRA DEL PERDÓN-ETXAURI

FIGURA 9: EL 24-VI-2013 EL MAPA DE INFORMACIÓN SÍSMICA
DEL IGN  DIBUJABA PERFECTAMENTE EN NAVARRA LA TRAZA 
Y ENCUENTRO ENTRE LA FALLA NORPIRENAICA Y LA DE PAMPLONA


MÁS INFORMACIÓN:



MAPA INTERACTIVO: TERREMOTOS Mw > 3 EN LA ZONA OCCIDENTAL PIRENAICA DESDE 1967:
CLICK SOBRE LA FOTO

EL AÑO DE LOS TERREMOTOS, DIARIO DE NOTICIAS, 8-V-2013, CLICK SOBRE EL ARTÍCULO PARA AUMENTAR




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